La danza de los Matlachines es una tradición nuestra

ZACATECAS.- En las fiestas patronales, reliquias y festivales folclóricos es común ver cómo perpetúan nuestras tradiciones los hombres y las mujeres que practican en ellas, este es el caso de la Danza de los Matlachines.

En esta danza participan personas de  prácticamente todas las edades, al danzar con fervor al unísono de la tambora a la par que, su indumentaria se sacude con cada movimiento de su cuerpo ofreciendo al espectador una experiencia única para la vista y el oído.

Esta danza es la más zacatecana que existe, los Matlachines tienen un origen milenario, cuyo origen es prehispánico, sin embargo, tiene elementos religiosos cristianos de la época novohispana,  de manera que podría ser considerada como un sincretismo producto de un choque cultural.

Jesús Domínguez Cardiel, profesor del Centro de Actualización Magisterial (CAM) y especialista en estudios novohispanos, explicó que esta danza varía según cada región del estado en lo que respecta al vestuario, sin embargo es única en su ejecución.

Agregó que, no hay una fecha exacta de cuándo surgió durante el periodo novohispano, pero como punto de referencia propone al municipio de Trancoso y de este se extendieron variantes en otros municipios como Loreto, Río Grande, Juchipila y Francisco R. Murguía.

Su origen en las tribus de los guachichiles y caxcanes

En el contexto prehispánico, Domínguez Cardiel, señala que se deben tomar en cuenta aspectos de tribus sedentarias guerreras como guachichiles y caxcanes de ahí el uso del arco y la flecha cuando se ejecuta esta danza tradicional de Zacatecas.

Respecto a la indumentaria que los danzantes usan, expuso que se trata de una evolución de tapa rabos llamada nahuillas que son más largos y están forrados con objetos que al sacudir los hacen ese característico ruido cuya función era la de espantar al enemigo.

Por su parte, las monterillas son los sombreros usados que en la época prehispánica se confeccionan con plumas de pato y codorniz y que tenían la función de proteger del sol a los guerreros; la otra parte de vestuario la componen los huaraches patas de gallo, camisa ligera y medias.

Es así como la Danza de los Matlachines, continúa siendo un legado que bien podría considerarse como parte de la identidad y orgullo zacatecano; una danza hecha a base de sinfonías de colores, sonidos y movimientos que es el resultado de dos cosmovisiones.