La calle Tres Cruces y su leyenda

Esta es la leyenda que envuelve este lugar. | Foto: Carlos Montoya.
Esta es la leyenda que envuelve este lugar. | Foto: Carlos Montoya.

Su nombre tiene  por detrás una leyenda muy interesante que tiene casi unos 250 años de antigüedad.

ZACATECAS.- El día de hoy recordaremos la leyenda de uno de los lugares más emblemáticos de nuestra capital, está es la calle de las Tres Cruces en la que a menudo encontrará cafés y negocios de comida deliciosa.

Pero su nombre tiene  por detrás una leyenda muy interesante que tiene casi unos 250 años de antigüedad.

Justo donde termina la avenida Hidalgo y comienza la calle Juan de Tolosa en el Centro Histórico, en el siglo 18 se le conocía como la calle de las Tres Cruces, donde se originó una leyenda cuyo nombre es igual a de dicha calle, en esa época.

Este es un sitio obligado de visita para los turistas.| Carlos Montoya.

La leyenda

Corría el año 1763. Don Diego de Gallinar era un hombre apegado a la tradición. Vivía con su sobrina, Beatriz Moncada, una joven muy hermosa que llegó en casa de su tío luego de haber perdido a sus padres. Por su belleza y juventud, era el centro de todas las miradas en la calle de las Tres Cruces.

Pero no cualquier pretendiente era capaz de cautivarla, solo un joven indígena llamado Gabriel, a quien había conocido en una festividad de la zona. Inspirado por el amor más puro, Gabriel le dedicaba una serenata cada noche, mientras Beatriz le correspondía religiosamente desde su balcón.

En este lugar se cuenta la leyenda trágica de un amor.| Foto: Carlos Montoya.

Don Diego, lejos de creer en cuentos románticos, le había impuesto a su sobrina un matrimonio arreglado con su hijo, Antonio de Gallinar, quien anhelaba el momento de consumar la alianza con la joven más deseada del pueblo.

Hasta que una noche, cuenta la leyenda, don Diego descubrió las serenatas nocturnas de Gabriel y lo obliga a marcharse con autoridad y agresividad.

La tragedia

El joven indígena respondió firme en que se iría del lugar solo por el respeto que sentía por Beatriz, pero dijo que de ninguna manera se iba por temor a la violencia de don Diego.

Pero don Diego al sentirse retado no dudó en empezar la afrenta, en un arrebato de cólera atacó al enamorado llamado Gabriel y sacó su espada, ambos hombres quedaron trenzados pero en medio de los empujones y los golpes, Gabriel finalmente acabó hiriendo de muerte al veterano don Diego.

En el suelo quedó el hombre desangrándose, por su parte, Gabriel se encontraba agitado y afligido ya que  ahora tendría que explicarle a Beatriz que tuvo que matar a su tío, que tanto la quería y cuidaba.

El hombre estaba pensando en cómo explicarle lo que sucedió o si acaso debía irse y escapar como vil bandolero que delinquía, sin embargo no fue necesario que hiciera nada. De pronto un piquete en la espalda lo hizo caer.

Por los tres muertos, el lugar se acabó llamando Tres Cruces.| Foto: Carlos Montoya.

Cuando por fin puede darse la vuelta parta ver lo que sucedió, notó la presencia del sirviente fiel de don Diego, quien al ver la escena no dudo en atacarlo cuando tenía toda la ventaja.

Junto al hombre que siempre le negó encontrar el amor,  Gabriel se acabó desangrando pintando la calle de rojo por completo.

En medio del bullicio y los gritos de la gente que veía a los muertos posados en la calle, finalmente Beatriz salió preocupada a ver desde lo alto de un balcón, esperando poder calmar los ánimos de su tío al que más que querer temía.

Sin embargo, desde las alturas con lo primero que se halló fue con los cuerpos de los dos hombres de su vida, el hombre con el que planeaba crear una familia y el hombre que la crío como una hija.

Ambos yacían pálidos y sin vida sobre un espejo escarlata de sus sangres mezcladas. Al pensar en la incertidumbre que le deparaba sin el aparo de su amante ni el del hombre que la criaba, Beatriz entró en pánico y sin ponerse a pensarlo se lanzó de balcón hasta con ellos, cayendo de cabeza.

La  fuerza del golpe la mató de inmediato y ella cayó sobre los dos cuerpos, para unir en la muerte lo que en la vida siempre estuvo en discordia.

En memoria de esta tragedia, la gente dejó  tres cruces en el sitio y con el tiempo se convirtió en el nombre oficial de la calle, “la calle de Las Tres Cruces, una de las paradas obligadas para cualquier turista.




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