La antigua Plaza del 15 de Mayo

Esta plaza, como muchas otras, ha desaparecido y solo ha dejado algunos vestigios de su existencia. En su lugar encontramos ahora el Jardín Independencia, donde aún habitan los recuerdos de esos tiempos lejanos que vivieron nuestros antepasados. Aquí podemos admirar y disfrutar de un agradable entorno donde se encuentra un pequeño jardín, un monumento a … Leer más

Esta plaza, como muchas otras, ha desaparecido y solo ha dejado algunos vestigios de su existencia. En su lugar encontramos ahora el Jardín Independencia, donde aún habitan los recuerdos de esos tiempos lejanos que vivieron nuestros antepasados.

Aquí podemos admirar y disfrutar de un agradable entorno donde se encuentra un pequeño jardín, un monumento a los caídos en la insurgencia, el imponente edificio de la antigua alhóndiga de la ciudad, la casa donde nació el primer periodista de América

Este paraje urbano ha recibido distintos nombres. Cada uno de ellos nos remite a una serie de acontecimientos y realidades del pasado zacatecano. Hoy recordaremos algunos de ellos.

El origen de la antigua plaza está relacionado con la presencia de los religiosos juaninos, quienes al hacer su arribo a Zacatecas en 1610, comenzaron a edificar su hospital y convento a extramuros de la ciudad. Por esos años daría principio la vida de un espacio público conocido como la plaza de San Juan de Dios, llamado así porque formaba parte de los terrenos del convento de esta orden religiosa. 

No pasaron ni 15 años cuando algunas familias acomodadas que portaban el apellido Villarreal, comenzaron a construir las primeras casas habitación en torno a la plaza. En una de estas casas nació Juan Ignacio María de Castorena y Ursúa Goyeneche y Villarreal, considerado como el primer periodista de América. 

Miembros de estas familias se ganaron la reputación de benefactores de la ciudad. Por este motivo, la gratitud de la gente de Zacatecas se hizo patente y a fuerza de la costumbre este lugar obtuvo la denominación de Plaza de Villarreal. 

Prácticamente desde su origen -a principios del siglo 17-, ya era el espacio preferido para hacer aquí las corridas de toros en plazas portátiles de madera. Tuvo esa función durante los siglos 17, 18 y principios del 19. Hasta que se construyó el primer coso de la ciudad que estaba ubicado al lado noreste de la Alameda, según lo consignan algunos planos de la primera mitad del siglo 19.

La Plaza de Villarreal conservó su nuevo nombre hasta mediados del siglo 19. En esta época, continuaban las pugnas entre liberales y conservadores en una gran parte del país. Por este motivo, Benito Juárez realizó un constante peregrinar para no caer en manos de sus enemigos.

 Llegó a la ciudad de Zacatecas la última semana de enero de 1867, donde pernoctó durante algunas noches. Luego, continuó su marcha.

Unos meses después, Juárez recibió la noticia de que sus correligionarios habían conseguido un triunfo notable contra los conservadores, allá en la ciudad de Querétaro. 

Por este motivo, el 12 de julio de 1867, el ejecutivo del estado decretó que la plaza de Villarreal se llamaría en lo sucesivo Plaza del 15 de Mayo, para perpetuar la memoria de la toma de la Plaza de Querétaro por las fuerzas liberales. 

A pesar de que a este espacio público entre finales del siglo 19 y principios del 20, le fueron otorgadas las denominaciones de Plaza de la Constitución y Plaza del 15 de Mayo, se le siguió llamando indistintamente Plaza de Villarreal, hasta el 15 de septiembre de 1810, ya que al día siguiente, durante las fiestas del centenario del inicio de la guerra que nos liberaría del yugo español, asumiría el nombre de Plaza de la Independencia. 

Más tarde sería inaugurado el monumento que preside este espacio hasta hoy día como un recuerdo y señal de gratitud a quienes renunciaron a demasiadas cosas, incluyendo sus vidas, para que las generaciones posteriores gozáramos de libertad, independencia y soberanía: ahí se encuentran las efigies del cura Miguel Hidalgo, José María Morelos, Vicente Guerrero, y los nombres de ilustres patriotas zacatecanos, entre ellos, el del mariscal de campo Víctor Rosales, cuyos restos reposan en el mausoleo de la Columna de la Independencia de la Ciudad de México, al lado de otros próceres de la Patria.

*Cronista de Zacatecas

Imagen Zacatecas – Manuel González Ramírez