NUEVA YORK.- “Duermo, voy al cine, hago maratones de series de Netflix. No soy muy interesante”, dice Jamie Clayton, una de las protagonistas de Sense8. Sin embargo, para millones de seguidores, la actriz es fascinate y admirable por mostrarse como una mujer trans que ha roto las barreras y ahora tiene espacio en una de las … Leer más
NUEVA YORK.- “Duermo, voy al cine, hago maratones de series de Netflix. No soy muy interesante”, dice Jamie Clayton, una de las protagonistas de Sense8. Sin embargo, para millones de seguidores, la actriz es fascinate y admirable por mostrarse como una mujer trans que ha roto las barreras y ahora tiene espacio en una de las series más vistas de la plataforma streaming.
Hasta hace unos años su nombre y rostros eran desconocidos, pero una primera temporada y un especial navideño de la serie bastaron para que su rostro y su historia fueran motivo de inspiración para millones de personas alrededor del mundo.
No me convertí en actriz para ser una celebridad, son dos cosas distintas. Soy intérprete porque me gusta y soy buena en ello. Cuando era maquillista, lo hice tanto tiempo, era buena, pero no lo amaba. Esto sí. Por ello a mí no me importa cuando alguien se acerca y dice ‘gracias’ o me cuenta que les he ayudado a cambiar su vida”, relata.
En 2010 debutó profesionalmente en el mundo del espectáculo como artista de maquillaje y co-anfitriona en el canal VH1 del primer programa de cambio de imagen TRANSform Me.
Durante un encuentro ante diversos medios de comunicación internacionales, entre ellos Excélsior, Clayton señaló que la artista transgénero Caroline Cossey fue su inspiración, lo que la llevó a seguir sus pasos y con suerte, ella tal vez logre inspirar a otros para vencer sus inseguridades al dar este paso.
“No tengo ningún problema con que me llamen modelo a seguir, pueden hacerlo, pueden llamarme icono, leyenda (risas), hermosa, cómo sea. Pero debo decir que sólo soy yo y estoy orgullosa de mí y de hacer que otros se sientan orgullosos de sí mismos, porque me ven feliz.
Me gusta, no tuve modelos a seguir cuando era más joven. Caroline Cossey fue la primera que conocí y me admiraba mucho y por eso me hice transgénero, me sentí inspirada. Esa sensación es por la que estamos aquí, para preguntar, para compartir, para ser nosotros”, dijo.
BUSCAN EMPATÍA
Pero no es sólo Jamie. Ella, junto con otros siete actores (Brian J. Smith, Tuppence Middleton, Toby Onwumere, Bae Doona, Miguel Ángel Silvestre, Tina Desai y Max Riemelt) lograron, a través de esta producción de las hermanas Wachowski, que el “mundo sintiera empatía”, al menos según su experiencia con los fans.
En este clima político en el que todo está cambiando se necesita más que nunca empatía. Eso es el corazón de nuestro programa. La gente que lo ha visto lo entiende, no tenemos una agenda ni tampoco se trata de predicar. No mostramos cosas que no están pasando. Simplemente antes, la gente se sentía incómoda al hablar de diferencias”, expresó.
Sense8 gira en torno a las aventuras de ocho personas distintas de lugares diferentes del mundo. A raíz de una muerte trágica que perciben a través de los sueños o con visiones, se encuentran en un crecimiento mental y conectado.
El grupo está formado por un conductor de autobús africano, una bloguera americana transexual, un alemán que roba cajas fuertes, una mujer de negocios coreana, un actor de telenovelas mexicanas y una DJ islandesa. Tras la premonición, intentarán ser reunidos por Jonas, otro sensate, mientras que Mr. Whispers irá tras ellos con el mismo poder sensorial.
Cada capítulo refleja los puntos de vista de los personajes que interactúan entre sí mientras se profundizan en los orígenes y en las cosas que los unen.
“Profesionalmente he aprendido mucho de las Wachowski. Me han dado herramientas invaluables como actriz y como persona. He tenido la oportunidad no sólo de viajar alrededor del mundo. Una de mis cosas favoritas este año fue ir a Mumbay porque no había ido y conocer a Tina, quien interpreta a Kala Dandekar. Ella es una de las chicas más dulces y buenas que he conocido. Pude ir a su casa, oler lo que ella, comer su comida, caminar en sus calles y experimenté lo que es su vida. Así mi vida se enriqueció porque entiendo que en un cierto nivel todos somos iguales.
“Aunque luzcamos distinto y vengamos de diferentes partes, todos hacemos lo mismo: comemos, nos ponemos ropa, lloramos, reímos, y por eso creo que en un cierto nivel la gente se altera cuando ve a alguien que no es como todos.
Por eso existe la discriminación. Ahora mis ojos están abiertos y estoy dispuesta a aprender. Ahora investigo cómo decir ‘hola’ y ‘gracias’ a los lugares a los que voy. Ha sido un gran regalo”, concluyó.
Imagen Zacatecas – Excélsior