El Tizoc, la casa del mezcal bajo el portal de las palomas

JEREZ.- Un lugar que guarda parte esencial de la historia de este pueblo mágico y que si hablara pudiera relatar algunas historias que vivieron nuestros abuelos, es el Bar Galería Tizoc. La cantina rebasa los 100 de antigüedad y se encuentra bajo el portal que está en la Plaza Tacuba mejor conocido como “el portal … Leer más

JEREZ.- Un lugar que guarda parte esencial de la historia de este pueblo mágico y que si hablara pudiera relatar algunas historias que vivieron nuestros abuelos, es el Bar Galería Tizoc.

La cantina rebasa los 100 de antigüedad y se encuentra bajo el portal que está en la Plaza Tacuba mejor conocido como “el portal de las palomas”.

Juan Félix Murillo, actual dueño, no recuerda con precisión quién fundó la cantina, pero sí sabe los nombres de algunos dueños: Felipe Ceballos, Benjamín Conteras y, por último, Joaquín Félix, su padre; ambos se han hecho cargo del lugar desde hace 35 años.

En este simbólico lugar ha sido tomado en cuenta por grandes artistas de México: Antonio Aguilar filmó algunas escenas de Los gemelos alborotados en esta cantina.

El Tizoc, como es popularmente conocido, se mantiene en su mayoría intacto: su barra, contrabarra y techo son los originales. Además, se ha convertido en una cantina galería pues desde hace seis años diferentes artistas, tanto locales como nacionales, han donado diversas obras de arte a este lugar.

El lugar, además, es la casa del mezcal: su carta ofrece diferentes marcas de esta bebida típica en la región y son las más solicitadas por los clientes.

Dentro de sus paredes se han desarrollado historias memorables. El papá de Juan tenía un letrero en la cantina en el que precisaba que si el cliente podía pagar doble o nada por medio de un volado: “Si uno se tomaba cinco cubas, pagaba 10 o nada por medio de una aguilita”,  comenta Juanito.

A finales de la década de los ochentas se registró el robo colectivo más grande de la época. De acuerdo a lo que narra Juan, era un día de quincena y el lugar estaba a reventar por maestros y demás gente asalariada; de repente, tres rateros y asaltaron a todos los presentes y los dejaron sin un solo peso. “Los pobres asaltados les gritaban a los rateros: ‘doble o nada”, señala entre risas Juan.

Imagen Zacatecas – José Manuel Pereyra Berumen