Zacatecas, parado

Funcionarios públicos de alto nivel, algunos burócratas y buena parte de la ciudadanía están en verdad preocupados porque no se ve, no se nota hacia dónde va Zacatecas.  
No hay duda de que falta rumbo y acciones que indiquen que hay una meta y un camino para alcanzarla.
El Plan Estatal de Desarrollo es el documento rector de las acciones del gobierno; establece misión y visión de este sexenio, diagnostica con certeza los problemas y hasta pone metas numéricas en áreas concretas.
Dice cuánto debe aumentar la inversión, cuántos empleos se van a crear, cuánto deben aumentar los visitantes a los museos, cuánto debe bajar la deserción escolar, qué acciones concretas se tomarán en materia de infraestructura carretera. Y así por el estilo en casi todos los rubros.
Pero ya pasaron siete meses del primer año y una revisión a vuelo de pájaro de lo que se debió conseguir en este año indica que estaremos muy, muy lejos de las metas en todos los casos.
Por eso la sociedad está inquieta. No siente que haya rumbo, no siente que el gobernador hay logrado sentarse en la silla y no siente que esté conduciendo el barco con un rumbo cierto.
No se ha iniciado una sola obra pública a no ser las pavimentaciones de Guadalupe. El gobernador brinca de municipio en municipio aparentemente más con más idea de hacer presencia, de llevar algunos beneficios materiales, dar el banderazo de una pequeña obra.
Pero eso no es suficiente. La sociedad pide ver rumbo y destino. Saber qué se hará y cuándo se piensa terminar;  percibir que se crean empleos, que se captan inversiones, que se siembra más que antes, que hay más empresas exportadores de productos agrícolas. 
En suma, que se avanza así sea poco y con lentitud como son casi todos los avances.
Pero hoy parece que estamos parados.
Hasta el jueves.

Imagen Zacatecas – Luis Enrique Mercado