Graves problemas si el TLC se interrumpe

El gobierno mexicano tiene ya en la mente el peor escenario en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio: que durante cuando menos algunos meses la economía funcione sin TLC. Eso tendría efectos muy negativos y sin duda nos metería en un grave problema. Podríamos caer en recesión económica, el tipo de cambio se iría … Leer más

El gobierno mexicano tiene ya en la mente el peor escenario en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio: que durante cuando menos algunos meses la economía funcione sin TLC.
Eso tendría efectos muy negativos y sin duda nos metería en un grave problema. Podríamos caer en recesión económica, el tipo de cambio se iría hasta niveles impreviscibles, creceria el déficit en la cuenta corriente de la,balanza de pagos y, en general, sufrirían un grave deterioro las expectativas del país.
Y la verdad, es poco lo que puede hacer el gobierno. Recortar el gasto público, recurrir a la deuda para financiar la balanza de pagos, subir las tasas de interés, probablemente.
La verdad es que dado que el principal participante en el TLC es el sector privado son las empresas las que deberán enfrentar la mayor parte del problema. Sin duda, muchas de ellas solo por planeación estratégica ya andan buscando diversificar sus mercados.
Sin embargo, hay sectores altamente sensibles a una interrupción del Tratado, como el automotriz y parte del sector agropecuario, cuya producción va casi 100% al mercado estadounidense.
Si la lógica privara en las decisiones de hoy en Estados Unidos, renegociar el TLC no debiera significar su interrupción; sin embargo, no hay ni lógica ni consistencia en la conducta del gobierno gringo y por eso más vale prever el peor de los  escenarios, que durante unos meses no haya TLC.
Ildefonso Guajardo, el secretario de Economía y quién será el jefe del equipo renegociador, tiene a San Antonio de cabeza y ha prometido ir de rodillas al cerro del Tepeyac y solo pide dos cosas. 
La primera, que las negociones se inicien cuanto antes, con las perspectiva de terminarlas en diciembre de este mismo año y evitar que se crucen con el periodo electoral que sin duda contaminará el ambiente.
La segunda, que las negociaciones no signifiquen la interrupción del TLC.
Esas serían condiciones ideales para México y para Estados Unidos; pero por un lado está Donald Trump y su forma errática de gobierno y por otro, las elecciones presidenciales en México, periodo en el cual tomar decisiones importantes se vuelve casi imposible.
Es verdad que México ha hecho la tarea y sus equilibrios macroeconómicos le ayudan a enfrentar los momentos de mayor turbulencia; pero no alcanzan para hacer frente a una interrupción del TLC porque a ciencia cierta nadie puede prever todos los efectos que eso tendría.
Es momento de que México hable con los amigos que sí se tienen en el Congreso estadounidense, con los sectores empresariales de EU que también sufrirían con la interrupción del TLC para que ellos hagan la parte que les toca y empujen la  negociación este año y sin interrupción del Tratado.
Es de vida o muerte que la renegociación se haga este mismo año o que se posponga para dentro de dos o tres o que no se haga nunca. Lo peor es que se negocie dentro del proceso electoral, porque no hay duda de uno o varios de los contendientes meterían la negociación en su campaña y sin duda la afectarían.
Hasta el próximo lunes y mientras, no deje de seguirme en mi página de FB, Perspectivas de Luis Enrique Mercado.

 

Imagen Zacatecas – Luis Enrique Mercado