Contra el frío y la pandemia don José vende sus raspanieves
Don José refresca el alma con una nieve de raspado tradicional.
FRESNILLO.- José Luis Salas Rucobo se dedica a vender sus nieves de raspado. Como se imaginará, en temporada de calor se venden solitas estas delicias, porque a quién no se le antoja refrescarse.
Hablo de refrescar el alma con una nieve de raspado tradicional, con su jarabe casero de guayaba.
Lo malo es que ya para estas fechas, el frío está bien grosero; y entonces el trabajo ya no va tan bien.
Así nos cuenta don José, que por la temporada invernal, las ventas de su negocio se van para abajo y que eso le pega mucho, porque con este trabajo se mantiene.
Sin embargo, él no se desanima, pues asegura que ni así dejará este negocio que le ha dado lo que tiene.
Si usted, se pone buzo, puede toparse a don José, pues diario se da la vuelta en su carrito por la carretera a la Estación, donde espera a sus clientes más fieles.
Un matrimonio trabajador
Este negocio ya tiene mucho tiempo y es que, junto a su esposa, don José empezó en este trabajo hace unos 35 años, cuando su mujer se enseñó a preparar los jarabes.
La mejor temporada para este trabajo es durante el verano y los días cuando pega más duro el Sol, entonces los sabores que más le piden son los de guayaba y los de vainilla.
Y no es que se queje, pero también don José nos cuenta que se las ha visto negras en las últimas fechas, porque le ha tenido que inventarle para seguir trabajando.
Antes vendía sus nieves de raspado por la Zona Centro fresnillense, donde había mucha gente. Pero por el Covid-19 se movió por las medidas sanitarias y por eso ahora lo verá trabajando por la carretera a la Estación.
Sin miedo al éxito
Si usted nunca ha probado la nieve de raspado, dese la oportunidad de consumirle a don José que con orgullo trabaja y muy alegremente atiende a sus clientes; ya que le encanta conocer gente nueva y echar una platicada.
También está muy orgulloso de sus jarabes, a los que siempre busca darles un sabor muy único, cuenta que siempre son frescos, preparados de un día antes.
Así que vaya a verlo a partir de las 11 del día, cuando el Sol está en lo más alto. Y es que en el estado los días son bien raros, con eso de que hay días con frío, luego hay otros donde hace un calorón.
Por eso don José aún tiene confianza de que podrá salir a vender sus nieves de raspado y seguir manteniéndose, pese a que los días no son los mejores.
Esperemos que así sea, estimado lector, porque en este año que estuvo difícil a todos nos tocó echarle más ganas.
Por lo pronto, si hace Sol y tiene calor, ya sabe con quién puede ir a refrescarse un poco.