Así está la situación del juego online en Estados Unidos

A pesar de lo que pudiera parecer, las compañías del sector localizadas en la mayoría de los estados con regulación están bastante a favor de que esta exista, ya que así se protege tanto a los usuarios como a los operadores.

Resulta sorprendente que Estados Unidos, un país que precisamente si la comparamos con la mayoría del mundo desarrollado, en lo que se trata de juego y apuestas tenga una de las políticas más restrictivas, al menos en la mayoría de los 52 estados del país. Tras las elecciones presidenciales, puede que se produzcan nuevos movimientos en el sector.

Diferentes estados, diferentes normas para una misma actividad

En cuanto a lo que el póker implica, hay regulaciones desde 2019 que permiten que distintos estados como son Nevada, Nueva Jersey, Pensilvania y Delaware, dispongan de compañías y plataformas online que permiten jugar dinero real.

La legislación sobre el póquer en USA hace que los jugadores deban proceder necesariamente del estado en cuestión bajo el que estén sometidos a esta regulación, por lo que se ha llegado a un acuerdo interestatal entre tres de los estados antes citados, con el objetivo de que las compañías asentadas en dichas localizaciones compartan jugadores. Pensilvania está en proceso de inclusión en este recinto abierto para jugadores, pero está aún en estudio por parte de su Junta de Control de Juegos estatal.

Crecimiento exponencial de lo virtual

En lo que respecta a casinos online, Estados Unidos están teniendo un claro repunte en el interés por este tipo de actividades. Desde el primer trimestre del presente año, las búsquedas de este tipo de establecimientos virtuales se han incrementado hasta un 100%.

De hecho, desde este inicio de 2020 ya hay cinco estados que han regulado en la dirección de protección de los usuarios y jugadores. Las regulaciones son parejas para los escenarios presenciales y/o virtuales, por lo que permiten la generación de beneficios con las dos vías de negocio. En un país donde la imagen del casino tradicional está tan fuertemente arraigada, es normal que los juegos que combinan presentadores reales con mecánicas digitales estén comenzando a formar parte de los favoritos de los estadounidenses. En México ya hemos visto la popularidad de este tipo de productos: Betgames TV ofrece versiones del póker, Baccarat así como nuevos juegos como Speedy 7  desde hace ya algunos años con notable éxito.

Si nos centramos en tierras mexicanas, el juego es un viejo conocido: de forma presencial lleva en el país desde tiempos de los aztecas, por lo que no es una novedad que exista una situación de crecimiento en el juego online, pareja al desarrollo de actividades relacionadas con el uso de celulares. Podríamos decir que es semejante a lo que ocurre con los vecinos del norte; el factor tradicional impulsa los nuevos proyectos digitales.

Hay que destacar que la legislación mexicana permite a sus ciudadanos jugar en plataformas extranjeras, a diferencia de lo que ocurre con sus vecinos del norte. Sin duda esto está favoreciendo el crecimiento de oferta de estos productos y está alimentando a una demanda notable. Es seguro la antesala a la creación de una legislación propia que restrinja estas plataformas como en otros países y así tengan que basarse en suelo mexicano para adaptarse a unas previsibles y mayores regulaciones legales al sector.

Buenos tiempos para el juego

A pesar de lo que pudiera parecer, las compañías del sector localizadas en la mayoría de los estados con regulación están bastante a favor de que esta exista, ya que así se protege tanto a los usuarios como a los operadores. Este tipo de regulaciones se están haciendo extensivas a las apuestas deportivas.

Una mayor legislación favorecerá el crecimiento de este negocio (tanto físico como virtual). Este crecimiento se encuentra tan solo condicionado por la infraestructura y el desarrollo de Internet en distintas zonas rurales del país. El sector del juego y las apuestas online en Estados Unidos dará lugar a un mercado de dura competencia por la fuerte inversión en desarrollo tecnológico y grandes desembolsos económicos en publicidad y campañas de posicionamiento en la red.