Hospicio González Echeverría

En una memoria sobre la Administración Pública del Estado, que fuera presentada por el Gobernador Genaro G. García, se dan pormenores de la manera en que funcionaba el Hospicio González Echeverría en Fresnillo. Está fechada de agosto de 1904. La información era proporcionada por el gobierno político de Fresnillo. El Hospicio de niños era sostenido … Leer más

En una memoria sobre la Administración Pública del Estado, que fuera presentada por el Gobernador Genaro G. García, se dan pormenores de la manera en que funcionaba el Hospicio González Echeverría en Fresnillo. Está fechada de agosto de 1904. La información era proporcionada por el gobierno político de Fresnillo.

El Hospicio de niños era sostenido con fondos del legado que hiciera el finado José González Echeverría.

De acuerdo a lo que se abunda en el escrito, la institución recibe y da albergue y educación a veinticinco asilados que provienen de familias pobres. Preferentemente huérfanos e hijos de padres incapacitados, todo ello conforme al reglamente respectivo.

Al abundarse en el aspecto educativo, se resalta que la instrucción que se imparte en la escuela del propio establecimiento, es de conformidad con la Ley de Instrucción Pública vigente. Asimismo se hace mención a los talleres existentes, en los cuales los internos adquieren gradualmente los conocimientos necesarios a los oficios respectivos que les permiten ser artesanos laboriosos y honrados, miembros útiles a la sociedad.

Los talleres del hospicio eran: imprenta, encuadernación, rayados, obraje y zapatería. En el lapso de tiempo en el que fue escrito el informe, la asistencia de alumnos era la siguiente: siete a imprenta, tres a encuadernación, dos a rayado, tres en zapatería y 10 al obraje.

En otros espacios conocimos los nombres s de los internos que terminaros sus estudios y que continuaban con su profesión, incluso se revela que se desempeñan en empleos con buena nota a su favor. Se llamaban: Inocencio Bustamante, Pedro Márquez, Refugio Rodríguez, Casimiro Rodríguez, Enrique Zepeda, José Aparicio, Severo Barrios, José Berumen, Ignacio Rivera, Regulo Martínez y Francisco Fraire.

Independientemente a lo que se trata a la impartición de materias, la administración del Hospicio González Echeverría se preocupaba por mantener en condiciones aceptables el funcionamiento de los talleres, por ejemplo durante el mismo periodo se dotó a la imprenta de tipos, orlas y otros enseres que fueron pedidos a diversas capitales de Europa.

En el informe se revela entre otras cosas que con anterioridad se había dotado al taller de encuadernados de una prensa vertical, anexándole un taller de rayados, además se procedió a instalar una máquina marca Hickoc, considerada en su tiempo como de las mejores del mundo. Lo anterior nos trae a la memoria que en todos los tiempos, siempre se ha pretendido y logrado recurrir a la tecnología para impulsar el desarrollo de Fresnillo.

En otros párrafos de este documento recién obtenido, se hace alusión a los trabajos que se ejecutan en la imprenta. A la fecha, se destaca: son bien conocidos y aceptados por el público, no tan solo en esta ciudad, sino en otras, por la limpieza de su terminado, los buenos tipos y elegancia de la letra.

Similares apreciaciones se vierten cada vez que se menciona al taller de encuadernación y rayados, donde se han realizado trabajos de importancia a satisfacción de los interesados.

En otras líneas se subraya: respecto a higiene y salubridad, reúne el edificio todas las condiciones necesarias.

Cada vez que se habla del alumnado, los directivos informan que están compartidos en tres grandes dormitorios bien ventilados. Además, el establecimiento tiene para su servicio, aparte de los salones donde se encuentran los talleres referidos, la sala de acuerdo de la Junta Directiva, con los mobiliarios necesarios; el despacho del Administrador, el almacén de depósito con los útiles necesarios a los talleres y al servicio del mismo plantel, el comedor y otras habitaciones para distintos servicios.

Del vestuario de los internos consistía en: un uniforme de paño azul con vivos rojos, una cachucha azul, dos trajes de mezclilla para el servicio interior, ropa interior y dos pares de botines. La ropa de cama se componía de cuatro sábanas, dos fundas, dos cobertores, una sobrecama y un colchón de lana con su almohada respectiva. Tienen para su servicio un buró y un lavabo cada uno.

Con relación a los alimentos, en una sola línea se describe: los alimentos que se proporcionan a los niños son suficientes a su manutención y de buena calidad.

El presupuesto destinado para atender las necesidades y obligaciones del hospicio para internados y administración general, era de 245 pesos con 45 centavos. Los recursos provenían de los intereses del legado del señor José González Echeverría. También se informa que los talleres generaban de 80 a 100 pesos mensuales que se destinaba para gastos imprevistos.

El personal del hospicio: un administrador, un profesor de instrucción primaria, un ayudante de escuela, un maestro de imprenta, un maestro de encuadernación y rayados, un maestro de zapatería, uno de obraje, un mozo, un portero, un cocinero y dos galopines. El hospicio actualmente es el ágora.

El edificio del ágora se construyó como escuela de Minería; sin embargo, ha sido utilizado de diversas maneras, entre ellas como hospicio.

Imagen Zacatecas – Carlos López Gámez