Históricas nevadas

El 9 de enero de 1967 la ciudad y su entorno amanecieron cubiertos por un blanco manto de nieve.
Desde la noche anterior la temperatura ambiente descendió a tal grado que obligó a noctámbulos a abrigarse con ropa más apropiada para enfrentar los gélidos efectos. El día 8 la pertinaz llovizna presagiaba una noche fría; nadie llegó a imaginarse que se convertiría en una inesperada y espectacular nevada.

Fenómenos climáticos de esa naturaleza no son comunes en esta región, aunque debemos citarlo. Eran más clásicas las temibles heladas que lo mismo causaban estragos, tanto en la población civil, como en servicios públicos y agricultura.

Las nevadas de tal intensidad como la de hace 48 años, que se recuerde no se había registrado en Fresnillo. Algunas se habían presentado, pero de menor intensidad.

La nevada de 1967 motivó a chicos y grandes a sumarse a la diversión, aparecieron los gigantescos muñecos de nieve y se dieron los inevitables combates con el material congelado. El tránsito vehicular se trastocó. La circulación en las arterias era complicada, la nieva se congeló y el hielo hizo su aparición causando más problemas y peligros al peatón. Se resintió, además, la escasez de comestibles y gas natural. Se recurría a expendios en las barriadas para adquirir leña, carbón vegetal o petróleo para anafres y estufas.

La histórica nevada de 1967 provocó, aparte de la expectación en toda la población, consecuencias de diversas naturalezas. Por ejemplo, una importante cantidad de viviendas resultaron afectadas en sus techados de lama. Nadie estaba preparado para hacer frente al fenómeno climático de esa magnitud, la mayoría carecía de ropa y zapatos adecuados. Una sola persona murió en su humilde morada por el barrio de San Juanito.

Las escuelas cerraron, el comercio funcionaba parcialmente. Durante cuatro semanas la población se mantuvo expectante y temerosa. Los centros laborales resintieron la ausencia de trabajadores. Fue una experiencia que obligó a los fresnillenses a cambiar su forma habitual de sobrevivencia.

Para tener una idea un poco más amplia de este tipo de sucesos, solamente con comunes en lugares remotos y más hacia el norte. En el año 1800 cayó una nevada en Fresnillo, seguramente causó extrañeza entre los habitantes.

De otras más del siglo pasado, en nuestros apuntes se encuentran registrados de la nevada de 1977.

Cosa curiosa, 10 años después; esta fue de menor intensidad, pero dejó su huella en las partes altas de la población. En 1987 esta región nuevamente fue testigo de otra nevada. Abarcó de hecho tres municipios, provocó el bloqueo del tramo carretero entre Sain Alto y Sombrerete, imposibilitando la circulación de vehículos motrices, los cuales quedaron varados durante más de 48 horas.

Las brigadas de rescate llegaron hasta el tramo carretero en cuestión, llevando maquinaria pesada, servicios médicos, alimentos y cobertores. Al frente iba Genaro Borrego Estrada, entonces gobernador de Zacatecas, se logró abrir la carretera y empezó a fluir el tráfico regular con las recomendaciones necesarias. En la ciudad el fenómeno se hizo presente a menor escala.

El 12 de diciembre de 1997 la ciudad de Fresnillo volvió a ser escenario de un paisaje invernal poco común. Una fuerte nevada empezó a registrarse desde las primeras horas de ese día. El anterior, la pertinaz lluvia y primeros copos de nieve empezaron a caer durante el desarrollo del desfile de antorchas del docenario guadalupano. Los atletas que transportaban la antorcha guadalupana de ese lugar hasta El Salto, en Durango, saliendo a medianoche del 11 del mismo mes tuvieron que suspender su recorrido, debido a que estaba cerrada la carretera a Mazatlán.

Esta nevada destruyó todas las plantas y árboles de los jardines locales, en el campo los efectos de las bajas temperaturas también se sintieron dejando cuantiosos daños materiales en cosechas y la pérdida de ganado menor.

Al rescatar estas páginas sueltas de la historia pretendemos compartir con usted algunas experiencias y anécdotas que estuvieron brotando por todos lugares con relación a lo que para muchos sigue siendo una sorpresa, como lo es la presencia de nieve en esta región. Indudablemente, sigue siendo un fenómeno climático poco común, aunque las bajas temperaturas continúan registrándose en temporadas invernales en Fresnillo. Nos sigue llamando la atención las coincidencias que se dieron cada 10 años a partir de 1967 hasta 1997 en materia de nevadas.

De acuerdo con otras referencias históricas, esta población ha presenciado desde auroras boreales y tormentas de ceniza volcánica. Como es de suponerse, los habitantes se intranquilizaron visiblemente, buscaban explicación de tan inusitados fenómenos.

Nuestros registros reseñan que en 1789, precisamente un 14 de noviembre, ocurrió la aurora boreal y el 9 de junio de 1621 la lluvia de ceniza volcánica.

Imagen Zacatecas – Carlos López Gámez