El Runrún: Cancelación del viaducto: decisión tardía y costosa

La cancelación oficial del viaducto elevado sobre el bulevar Metropolitano es una victoria ciudadana, pero también un testimonio del fracaso gubernamental en el sentir ciudadano. El Gobierno del Estado de Zacatecas celebra su “nueva visión” como si la hubiera tenido desde el principio, cuando en realidad actuó hasta que la presión social, técnica y ambiental lo obligó a cambiar el rumbo.
El convenio de desistimiento firmado con Calzada Construcciones y Dragados del Sureste, refleja no solo la improvisación con que se lanzó el proyecto, sino la opacidad con la que se pretendía imponer.
¿Cuánto costó este cambio de rumbo? ¿Qué cláusulas se activaron con la cancelación? El documento firmado, más allá del lenguaje diplomático, evidencia que hubo compromisos legales que hoy deben deshacerse, probablemente con costos para el erario.
Decir que ahora se priorizarán proyectos sustentables y consensuados no exime al gobierno de su responsabilidad por haber intentado imponer una obra que nunca pudieron comprar que tuviera un respaldo social ni cumplía con los requisitos mínimos para ser viable.
Bien por cancelar, pero mal por haber llegado tan lejos con una iniciativa impopular y mal concebida administrativamente. Zacatecas merece un desarrollo urbano serio, no ensayos fallidos que terminan en convenios de desistimiento, esto no puede repetirse en Milpillas, ni en la autopista a Aguascalientes, ni en la construcción de vivienda, ni en ningún otro proyecto de la actual administración.

Rehabilitación urgente del bulevar, a contrarreloj oficial
El inicio de las obras de rehabilitación del bulevar López Mateos, tras la firma del convenio de terminación anticipada con la empresa del viaducto elevado, representa una oportunidad para enmendar errores, pero también un riesgo si se repite la improvisación.
Con el quinto informe de gobierno a la vista, el tiempo no da margen a tropiezos. La exigencia es clara: el bulevar debe estar funcional, digno y seguro antes del evento político más importante del año.
De lo contrario, el secretario de Obras Públicas, José Luis de la Peña Alonso, volverá a quedar expuesto como un funcionario que no planea, que no ejecuta con eficiencia y que opera con base en la presión mediática y los tiempos políticos.
Los zacatecanos merecen obras de calidad, no simulaciones a marchas forzadas. Esta rehabilitación no debe ser un maquillaje temporal, sino el reflejo de una gestión seria y comprometida.

Fracaso deportivo zacatecano tiene responsables con nombre y apellido
Las declaraciones de Ilse Guerrero y Felipe Méndez confirman lo que muchos dentro del deporte zacatecano ya sabían: el rumbo de INCUFIDEZ es errático y excluyente. Aunque en enero se les pidió colaborar en la dirección del deporte estatal, nunca fueron oficialmente nombrados ni recibieron salario alguno.
Mientras su papel fue relegado al de “colaboradores externos”, el entrenador Edgar Rodarte asumía informalmente el control de las decisiones. Una frase atribuida a las autoridades lo resume todo: “esos trabajadores sí me gustan… los que no cobran”.
Desde marzo, Guerrero y Méndez se desligaron de cualquier función en el instituto para enfocarse en su verdadera misión: el alto rendimiento deportivo. En ese lapso clasificaron al Mundial de Atletismo, lograron medalla panamericana y registraron una de las mejores marcas del país.
A pesar de estos logros, fueron excluidos de decisiones relevantes como la del equipo de basquetbol Mineros, que ahora también recae en INCUFIDEZ, a pesar de que en el acta constitutiva, aparece como responsable el propio Felipe Méndez. A menos que ya la haya cambiado.
Guerrero y Méndez han sido claros: los resultados negativos en el deporte zacatecano ya tienen responsables, y no son ellos. Lo preocupante es que, lejos de sumar talentos, el instituto parece empecinado en marginarlos. El deporte en Zacatecas va rumbo al fracaso, no por falta de talento, sino por exceso de simulación.

En riesgo el incremento salarial a los trabajadores el SUTSEMOP
Una vez más, el SUTSEMOP se encuentra atrapado en su propio laberinto. La suspensión definitiva concedida por el Juzgado Primero de Distrito contra la constancia de mayoría de Carlos Acevedo evidencia no solo las fracturas internas del sindicato, sino también la fragilidad institucional de sus procesos.
La queja por actos anticipados de campaña, presentada por Carlos Humberto García Macías, ha derivado en una parálisis que pone en juego algo más que un liderazgo: el bienestar económico de miles de trabajadores.
El Colegio Electoral no entregó el informe requerido por el juez, pero por la sencilla razón de que cuando fue requerido, éste órgano ya no existía, fue disuelto de acuerdo a los estatutos, y la resolución judicial parece una muestra más de la descomposición sindical.
Mientras los dirigentes pelean por el poder, los trabajadores pierden la esperanza de ver reflejado en sus bolsillos el prometido aumento salarial del 5%.
La suspensión judicial impide cualquier avance y repite un ciclo vicioso en el que las pugnas internas pesan más que las necesidades laborales. Es momento de que el SUTSEMOP se sacuda de una vez el lastre burocrático y apueste por un liderazgo legítimo y transparente.

Runrunazos
Con la cancelación del proyecto del viaducto elevado también se pelearán el gobierno estatal y el municipio de la capital para ver quién pinta el puente peatonal de la Plaza Bicentenario para borrar el letrero de “que si va el viaducto elevado”.