El gran día para la secretaría…

Todas las comparecencias de los encargados y jefes de despacho son importantes, sin embargo, resaltan algunas como la de la Secretaría de educación, ya que además de ser la que más empleados tiene, es la que ejerce prácticamente el 35 % del presupuesto estatal.

Sí las cosas no cambian, y el bloque oficialista desiste en sus empeños por abortar la sesión, la secretaria de educación, Maribel Villalpando, habrá de comparecer durante largas horas y duras preguntas ante los legisladores estatales.

Existe el runrún de que los diputados morenistas buscarán que la comparecencia se cancele, de esta manera evitarían que nuevamente salgan a relucir los letargos en el pago a maestros en el último trimestre del año pasado y en el primero del actual ejercicio fiscal, también buscaría en evitar que se cuestione o exhiba la política de retorno seguro a clases, esto, sin contar las acciones en materia de seguridad en las escuelas de nivel básico, medio y superior.

En esta vida no hay coincidencias

Curiosamente, en la agenda de comparecencias, los diputados o sus asesores, tuvieron el tino de escoger qué días habrán de comparecer dos titulares de secretarias y que día sólo uno; cuando sean dos, la comparecencia es superflua, amigable y con uno que otro rasguño, cuándo es únicamente uno el funcionario (a) que comparece ese día se les agenda todo el día, como el caso del secretario de Seguridad Publica, Adolfo Marín Marín, que se chutó más de nueve horas recibiendo guayabazos y lanzando justificaciones.

¿Y los sindicatos peleoneros apá?

O Los tradicionalmente aguerridos y omnipresentes sindicatos de maestros en Zacatecas, en todas sus vertientes, tanto en la federal, como la estatal, después de una larga tradición de quejas, protestas, bloqueos en las últimas comparecencias han brillado por su ausencia, incluso trabajadores de la legislatura, los extrañan porque llevaban café y galletas desde las 6:00 de la mañana, ahora han brillado por su ausencia.

Previo a la comparecencia de Maribel Villalpando, los aún rebeldes del sindicato de maestros preguntan quién es el señor Oscar Castruita, recuerdan haberlo visto en protestas hace unos meses.

Son prioridad (en el discurso)

Históricamente, todos los gobiernos de todos los colores han manifestado y proclamado que Zacatecas es un estado campesino, agropecuario, que tiene como una de sus principales actividades económicas todo lo relacionado al campo; pero nuevamente las coincidencias ocurrieron y el día de ayer, en un mismo paquete, citaron a comparecer a Jesús Padilla, secretario del campo, Miriam García de el Instituto de inclusión, Mauricio Acevedo de Instituto de la juventud y Javier Nuñez, titular de Incufidez; nada más faltó que en el mismo paquete, invitaron a la responsable de la cooperativa del kinder Benito Juárez.

Ganas no faltan, solamente atención

Sí con la misma enjundia que promueven los partidos de Basquetbol de los Mineros y el Campeonato y Congreso Nacional Charro, en Zacatecas, se difundieron las acciones del gobierno estatal o las campañas de prevención en salud y seguridad pública, otro gallo nos cantaría y el gobernador, David Monreal, tendría mayor respaldo ciudadano; es más, sí con una cuarta parte de la energía y presupuesto que promueven los partidos y las charreadas difundieran, Paraíso, Caxcán o Las Margaritas, sin duda el gobierno e ISSSTEZAC tendría mayor respaldo en sus reformas y cambios.

Felicitamos a El Heraldo de Aguascalientes por su 68 años de labor informativa en bien de la región.

¿Si ya saben como son para qué van?

Mucho coraje, indignación y hasta amenazas generó el resultado del partido de anoche entre los Mineros de Zacatecas y Astros de Jalisco.

Y aunque de principio a fin, el equipo zacatecano, demostró superioridad y dominio en la duela, al final, doblaron las manos; de inmediato en la tribuna, los aficionados y conocedores de la cesta y encesta afirmaron que el partido había sido vendido y obviamente comprado para que el equipo zacatecano se relegara, y siguiera como siempre al margen y vendiendo sueños a los pocos aficionados que pagan boleto, porque más de la mitad fueron de gorra.