Las sesiones de Cabildo

Carlos López Gámez.
Carlos López Gámez.

En un país como el nuestro, en el cual cada tres o seis años se cierra un ciclo y se abren otros, de acuerdo al sistema de gobierno imperante, no existe ninguna seguridad de encauzar al territorio hacia rumbos más prósperos, o por lo menos inciertos, que vinieran a cambiar sustantivamente las desesperantes y lacerantes … Leer más

En un país como el nuestro, en el cual cada tres o seis años se cierra un ciclo y se abren otros, de acuerdo al sistema de gobierno imperante, no existe ninguna seguridad de encauzar al territorio hacia rumbos más prósperos, o por lo menos inciertos, que vinieran a cambiar sustantivamente las desesperantes y lacerantes condiciones predominantes en todos renglones.

En nuestro girón de tierra americana, en este municipio, en este caso, desde sus orígenes, nunca jamás ha tenido un auténtico plan de desarrollo, como supongo debe ser el instrumento legal para darle respuestas, con hechos, a las angustiantes y tristes llamados de servicios que todo pueblo organizado es merecedor de mejor suerte.

En todo ello quien, por ley, debe asumir la responsabilidad conferida a través del voto popular, cuando se puede o sujeto a las ordenanzas y ocurrencias del cacique en turno, que no es otro que un vulgar dictadorzuelo, es el llamado ostentosamente “ Ayuntamiento”.

Este cuerpo colegiado en sus sesiones regulares o extraordinarias, debe escuchar el llamado del pueblo y atender total y sin condición alguna los más sentidos reclamos. De ello se derivan los “acuerdos”.

En este pueblo minero el primer “ayuntamiento” constituido como tal data del año de 1737. Ocupa la Casa Consistorial para oficinas y, obviamente, para las sesiones del cabildo la sala especialmente creada para las iniciativas, deliberaciones y, claro, las acciones encaminadas a proporcionar a la comuna los servicios que le son necesarios para su bienestar y elemental desarrollo.

Sin embargo, la verdad siempre ha sido distinta a las funciones del Ayuntamiento. Los Regidores, que fueron electos a través del voto directo y secreto, rezan los slogans publicitarios del sistema, en lugar de sujetarse y ajustarse estrictamente a sus obligaciones como tales, deciden otras cosas. Una práctica común es la de apoyar levantando la mano la iniciativa del concejal que lleva la consigna de abrir las participaciones.

Las sesiones deben ser públicas o sin él según la norma expuesta. Se han utilizado espacios jamás imaginados para las reuniones. Por ejemplo el edificio o Presidencia Municipal. Sin embargo, en este solar los regidores se han reunido para sus funciones en sitios jamás imaginados. Uno de ellos en el interior de un templo católico. (extemplo La Concepción). Incluso en este lugar hubo relevo del cuerpo edilicio en 1930 y toma de posesión.

Las oficinas de la Notaria del Templo La Purificación, fue sede por algunos días de la presidencia municipal cuando el alcalde era Rafael Yáñez Sosa. También se utilizan como sala de cabildo las instalaciones de la clínica obrera 20 de Noviembre (acera sur de la Plaza Principal, propiedad de la Sección 62 del gremio minero).

Han recurrido a las aulas de escuelas urbanas y suburbanas para que el cabildo se reúna, se les llama sesiones itinerantes. Salones ejidales, espacios deportivos, hasta el Teatro Echeverría y del Ágora González Echeverría han sido utilizadas para sesiones ordinarias; las solemnes en el teatro.

En el antiguo ex presidio, que data de 1568, habilitado como presidencia municipal en los 20 del siglo XX, hasta el incendio de diciembre del 2020, que obligó y aceleró la mudanza al nuevo edificio construido a tres kilómetros al norte, en el arroyo La Joya, para sede de los poderes municipales, por cierto sin terminar. Las sesiones de cabildo se realizaron en el antiguo inmueble hasta antes del sospechoso e impune siniestro que obligó la reubicación de oficinas.

Con relación a las funciones de los integrantes del cuerpo colegiado, la máxima autoridad del Ayuntamiento, entre otras, aprobar o rechazar las iniciativas del ejecutivo previa exposición y obligada discusión según las demandas de la exigente población en materia de servicios públicos y de otras garantías constitucionales. Pero, los regidores no se han integrado cabalmente sus obligaciones.

Por esa razón Fresnillo carece de todo. No hay acuerdos coherentes de acuerdo a lo que necesita y requiere el pueblo.
Los regidores jamás han trazado un plan de desarrollo que impulse la economía de la región, la educación, la seguridad, la salud y otros servicios.

El municipio en este caso presenta en tiempos modernos una imagen deteriorada en todos conceptos. Se refleja la indiferencia y tan solo predominan los efectos propios de ocurrencias y caprichos del jefe del ejecutivo municipal, al cual sin discusión alguna se le aprueba todo lo que propone.

Es la regla común, obediencia ciega y sumisión.

De existir y realizar cada tres años planes de desarrollo tangible y debidamente pensado, Fresnillo sería otro indudablemente.

Entonces ¿Qué caso tienen las reglamentadas sesiones de Cabildo? Si ¡nunca surgen acuerdos en respuesta a las exigencias de la población!

Ahora viene la REELECCION ¿legal? ¿Del Alcalde o del Ayuntamiento? ¿La dictadura perfecta? ¿Avanzamos o retrocedemos? Vaya pues…

Las sesiones cambiaron constantemente de sede. / Foto: Cortesía.



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