Así nació la presa de Trujillo

Carlos López Gámez.
Carlos López Gámez.

En un empolvado y olvidado archivo se encontró un legajo de documentos fechados en el año de 1929, los cuales, de acuerdo a mi personal apreciación, no le interesaban a nadie. Sin embargo, resulta que sí le interesaron a quien tenía acceso al sitio donde almacenaban y gracias a él nos enteramos de su contenido. … Leer más

En un empolvado y olvidado archivo se encontró un legajo de documentos fechados en el año de 1929, los cuales, de acuerdo a mi personal apreciación, no le interesaban a nadie. Sin embargo, resulta que sí le interesaron a quien tenía acceso al sitio donde almacenaban y gracias a él nos enteramos de su contenido.

El primer documento corresponde a un Memoraial de la H. Cámara de Comercio de Fresnillo y se le envía al licenciado Emilio Portes Gil como presidente de la República. Se le hace la petición que con anterioridad se le expuso a Plutarco Elías Calles cuando se desempeñaba como jefe del Ejecutivo Federal, referente a la construcción de una presa en los campos de Trujillo.

La misiva está firmada por Bruno López y Miguel Ávila, presidente y secretario respectivamente de la organización comercial, con fecha del 12 de enero de 1929.

Como se puede apreciar la cámara representaba al comercio organizado y establecido en este mineral, como impulsadora del desarrollo de sus agremiados, arropa las gestiones de los campesinos de una región que se adentraba en una completa transformación, mejor dicho, recuperar su importancia como centro importante del impulso agricultor y ganadero en el municipio, luego de padecer por décadas los complejos de la revolución y posrevolución.

La gestoría se asumió con responsabilidad y me atrevo a señalar, sin tintes políticos, según consta en la correspondencia que empezó a fluir en los dos sentidos, cubriendo de esa manera lo que debe asentarse como un compromiso verdadero y no una mera postura demagógica o populista como en la actualidad. Predominaba lo principal y fundamental: cumplir con lo que las partes le correspondía.

En otro escrito del mismo expediente, se hace alusión a la respuesta del memorial. Es de parte de la Presidencia de la República, de la Secretaría Particular. Tiene fecha del 23 de enero de 1929 y se comunica a los titulares de la Cámara de Comercio que el presidente, en atención a la solicitud acordó turnar el asunto a la Secretaría de Agricultura y Fomento para proceder a la construcción de la presa en Trujillo.

Enseguida, el 28 de enero del mismo año, el titular de la Secretaría de Agricultura y Fomento hace del conocimiento de los gestores que se procederá de inmediato, de acuerdo a lo decidido por el presidente de la República, a un estudio pormenorizado del lugar proyectado para la presa, la cual estará a cargo de la Comisión Nacional de Irrigación.

El 8 de febrero de 1929, la Cámara de Comercio de esta localidad mantiene comunicación con las dependencias federales que son parte fundamental para creación de la anhelada presa y para que quede constancia de que se recibió, firma la Secretaría de Agricultura y Fomento. Entiendo que es parte de inevitable tramitología imperante en dependencias oficiales de los tres niveles en este país.

Entre otras cosas, Gumaro García de la Cadena, titular de la Dirección de Aguas, Tierras y Colonización, se dirige por escrito a los solicitantes de la presa que, el asunto en lo que corresponde, ha sido turnado a la instancia respectiva para proseguir con todo lo que implica, tanto la obra para el campesinado como para las instancias que se involucraran en ello.

Al parecer todo marchaba por buen camino; sin embargo, brotaron como siempre los obstáculos de toda índole para frenar el proyecto, lo cual obliga a los representantes de la Cámara de Comercio de esta localidad a exigir por escrito el cumplimiento cabal de lo acordado por el primer mandatario del país según consta en las primeras misivas.

El reclamo se hizo llegar a la Comisión Nacional de Irrigación, instancia que, de acuerdo a los comunicados, fue donde se trabaron las gestiones. El reclamo y exigencia por escrito está fechado el 12 de abril del multicitado año.

La respuesta al reclamo y exigencia de inmediato se hizo sentir en los siguientes términos: “Hago referencia al atento ocurso de usted de fecha 12 del actual para manifestarle que se tomará oportunamente en cuenta su petición al resolverse lo conducente sobre el proyecto de Trujillo”. Lo firma Ignacio López Bancalari como director general de la Comisión de Irrigación.

Finalmente la obra en cuestión se hizo realidad, y tanto los beneficios como las controversias naturales al mezclarse intereses políticos se hicieron presentes. Durante años ininterrumpidos benefició a los agricultores, ganaderos, productores de frutas y legumbres, entre otros. De ello no cabe duda alguna. La región colindante con Trujillo es testigo de ellos.

Sin embargo, hace algunos años todo cambió en esos lugares; desaparecieron las huertas de frutas, el campesino abandona sus tierras y ganado. La presa ¿qué pasó?




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