Acuerdo: descentralizar el sistema de agua

Carlos López Gámez.
Carlos López Gámez.

Estoy absolutamente convencido que siempre habrá “buenas intenciones”, sin que estas merezcan calificativos como “excelentes o trascendentales” de quienes en su momento detenten puestos de elección popular cada vez que se pretenda hacer exposiciones que conlleven a proporcionar los necesarios y eficientes servicios públicos que la comunidad requiere en sus afanes de alcanzar el anhelado … Leer más

Estoy absolutamente convencido que siempre habrá “buenas intenciones”, sin que estas merezcan calificativos como “excelentes o trascendentales” de quienes en su momento detenten puestos de elección popular cada vez que se pretenda hacer exposiciones que conlleven a proporcionar los necesarios y eficientes servicios públicos que la comunidad requiere en sus afanes de alcanzar el anhelado desarrollo.

Los ejemplos de los “intentos” abundan, para empezar, en las inevitables piezas de oratoria demagogo-populista (discursos) clásicas obligadas de la clase política en el poder y desde luego cuando se “legitiman” a través de las sesiones de cabildo extraordinarias donde se generan los “acuerdos” y que firman los regidores avalando las “indicaciones” de la cúpula en el poder.

Uno de estos intentos, que en la práctica se manipulan de distinta manera, se registró en la Asamblea General Extraordinaria de Cabildo celebrada el 27 de agosto de 1991. Con el quorum requerido y después de la exposición de motivos pertinente, los concejales aprobaron el acuerdo para proceder a la “descentralización” del Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Fresnillo (Siapasf).

El Sistema como tal fue municipalizado en el ejercicio 80-82 presidido por José Bonilla Robles.

Luego de haberse realizado el protocolo que ello implica, de haberse discurrido los considerandos en los cuales se establecen infinidad de pretensiones y hasta determinadas obligaciones legales y políticas, de la exposición de terminajos confusos, surge el acuerdo, que en primera instancia expresa:

El Ayuntamiento Constitucional de Fresnillo acuerda:

Primero.- Para la administración, operación, mantenimiento, ampliación y mejoramiento de los servicios de agua potable y alcantarillado de Fresnillo, como un organismo público descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propio, con jurisdicción y competencia en la circunscripción territorial que constitucionalmente tiene reconocida el propio municipio, funcionará permanentemente y estará compuesta por un consejo directivo.

Enseguida precisa el acuerdo que quienes deben integrar el consejo deben ser: el presidente municipal, un representante de la Legislatura y del Ejecutivo del Estado. Deben ser parte representantes de las asociaciones de propietarios y usuarios de fincas urbanas, de comerciantes y hoteleros.

Por cierto para amarrar lo anterior, luego de la descentralización en la misma asamblea se procede a legitimar mediante acuerdo la conformación del Consejo Directivo. Nada que decir.

En el papel tal parece que todo se hizo de acuerdo a lo que marcan los cánones en materia de legitimar y legalizar lo que fluye en las asambleas de cabildo. Sin embargo, el contenido sin ir a mayores, dista mucho en el terreno de los hechos.

Por mucho que se recurra a los terminajos legales a la fecha el organismo que tiene a su cargo la administración y operación del Sistema Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Fresnillo no cumple totalmente los objetivos que se enumeran en el acuerdo. El usuario, supuestamente beneficiario de semejantes intentos, no recibe regularmente el vital elemento en sus viviendas.

Asumen la gerencia del sistema personas que no son las adecuadas al cargo que desempeñan, predominan los nombramientos sujetos, invariablemente, a las decisiones políticas, de partido y de las confianzas del ejecutivo municipal. Tanto la administración como la operación del sistema reflejan continuamente improvisaciones e imposiciones.

Si el abasto de agua en la comunidad es deficiente en alto porcentaje, la situación en las redes del drenaje residual es más desesperante. Los escurrimientos de aguas negras por cualquier sector es un problema que no ha tenido la debida atención. Las tuberías son antiquísimas y obsoletas. Entre otras cosas la ciudad de hecho no tiene drenaje pluvial. En el ciclo pluvial regular las calles centrales se convierten en caudalosos riachuelos. Los efectos colaterales perjudican al comercio y viviendas de sectores colindantes.

Las diferentes administraciones municipales a través de sus ayuntamientos en sesiones ordinarias o extraordinarias han centrado sus atenciones al abasto de agua y sistemas del drenaje y alcantarillado. No cabe duda alguna.

Los acuerdos de esas intenciones para tratar de resolver lo que afecta a la comunidad en materia de servicios públicos indispensables, ¿han resuelto semejantes problemas?

Al respecto los usuarios se expresan abiertamente de las deficiencias en el sistema de agua y ello da paso a una caudalosa cascada las obligadas preguntas: ¿Han servido de algo los cambios cada tres años? De los integrantes de los sistemas mencionados ¿han cumplido con sus obligaciones?

Es claro que los acuerdos del ayuntamiento llevan la “buena intención” para eficientizar servicios públicos indispensables. Pero la dramática realidad nos demuestra que no hay congruencia en lo dicho y anotado con la práctica y cumplimiento de la ordenanza.

Los testimonios que se han consultado y se relacionan con el quehacer de la administración municipal de lo cual debe quedar constancia, nos aportan decisiones que deben analizarse con responsabilidad, porque es parte de la historia de Fresnillo.




Más noticias


Contenido Patrocinado