Reunión familiar deja a 10 contagiados en Monte Escobedo

La familia fue a dar gracias por superar el Covid-19 a Temastian, Jalisco. | Fotos: Cortesía.
La familia fue a dar gracias por superar el Covid-19 a Temastian, Jalisco. | Fotos: Cortesía.

La familia se enteró al recibir el mensaje: “¡Tengo Covid-19! ¡No salgan, deben venir también ustedes al hospital a hacerse la valoración!”.

ZACATECAS.- Una celebración decembrina dejó a siete adultos y tres menores de 2 años con coronavirus.

La familia de Alondra Pichardo se enteró luego de recibir el siguiente mensaje: “¡Tengo Covid-19! ¡No salgan, deben venir también ustedes al hospital a hacerse la valoración!”.

Relató que iniciaron con síntomas de fiebre y resfriado.

Los integrantes habían pasado Navidad juntos y a partir de este resultado se dieron cuenta que esos síntomas eran debido a que se habían contagiado.

Entre esperanzas y temores, un familiar decidió hacerse la prueba de coronavirus, resultando positivo.

De manera responsable, la familia no guardó el secreto y buscaron a las personas con las que habían tenido contacto en las últimas semanas, además de hacerlo público en sus redes sociales.

A pesar de las medidas de prevención

Alejandra enfatizó que su familia aplicaba las medidas de prevención que recomiendan los expertos de la mejor manera posible, pues siempre fueron conscientes de que existía el virus, incluso dos integrantes de la familia son trabajadores de la salud.

El proceso

La familia estuvo en aislamiento domiciliario durante 3 semanas y una de sus hermanas estuvo hospitalizada debido a las reglas de su trabajo.

Mientras que el resto seguía con tratamiento en casa y recibían llamadas telefónicas por parte del personal médico para darles seguimiento.

Aunque no existe un tratamiento específico para el virus, se pueden disminuir los síntomas con medicina adecuada, por ello cada quien recibió un tratamiento diverso con base a sus síntomas, aunque no con muy buenos resultados, ya que en ese tiempo presentaron malestares.

Mi casa, un hospital

Algunos registraron sintomatologías diversas como cuerpo cortado, dolor de cabeza, dolor en articulaciones, dolores musculares, diarrea; fiebre alta, escurrimiento nasal, dolor en los pulmones, pérdida del olfato, del gusto, y todo esto alrededor de diez días en forma más intensa.

“La casa se convirtió en un hospital, donde todos estábamos enfermos y donde nos veíamos sufrir unos a otros, cada quien de modo diferente. Fue duro, pero de alguna manera nos hacíamos fuertes; en ciertos momentos tratábamos de pasar bien el tiempo, sobre todo los pequeños ratos en los que estábamos mejor”, menciona Alejandra.

Afortunadamente, después de estas tres semanas, pudieron vencer la enfermedad, agradeciendo a Dios y a los familiares y amigos que mostraron solidaridad llevándoles despensa a la puerta de su casa durante el confinamiento.

Sin embargo, el Covid-19 dejó secuelas en algunos de sus familiares como el dolor de pulmones, cansancio o rápida fatiga, las cuales han ido desapareciendo.

“Gracias a Dios pudimos vencer el virus y salir con vida. Pero desafortunadamente no para todos es así. Fue muy triste y un golpe duro para nosotros saber que meses después de que nos habíamos aliviado, el Covid-19 se llevó a unos familiares que a distancia nos ayudaban en lo que podían”, lamenta Alejandra.

Una esperanza

Con la llegada de la vacuna sus familiares sienten tranquilidad, aunque aún persiste el miedo a recaer y que un integrante de la familia se complique.

Por ahora solo una de sus hermanas que es enfermera, ha recibido las dos dosis de la vacuna Pfizer.

“Ahora solo esperamos pronto ser vacunados, sobre todos los más susceptibles del hogar. Seguramente esta vacuna nos da esperanzas para nosotros mismos y para otras familias, para que no pasen lo que nosotros pasamos”, reflexiona Alejandra.