Las escuelas hacen negocio con los padres de familia
Se les pide dinero a los padres de los alumnos para acreditar cursos, solventar gastos de limpieza de las escuelas o para ceremonias de fin de curso.
ZACATECAS.- Ni la pandemia ni las regulaciones sanitarias emitidas por las autoridades de salud y educación frenan la voracidad de directivos de escuelas y maestros para sacarles dinero a los padres de familia.
Un buen ejemplo de estos “negocios escolares” se produjo ayer mismo en la escuela primaria Miguel Hidalgo de San Jerónimo en Guadalupe.
La maestra de sexto A, Yazmín y el de sexto B, Gustavo, convocaron a los padres de familia y a sus alumnos, para que se tomaran la foto de fin de curso sin aplicar las medidas sanitarias correspondientes.
Esto, a pesar de las disposiciones oficiales difundidas por la Secretaría de Educación de Zacatecas en las escuelas y para lo cual se han realizado varias campañas, pues ni alumnos ni maestros tienen que acudir a las aulas.
Sin embargo, en la escuela Miguel Hidalgo se exigió a los alumnos que se presentaran con uniformes y a los papás, que pagaran 300 pesos por cada foto.
La cita fue a las 10:30 de la mañana. Imagen llegó a las instalaciones de la escuela poco antes de esa hora. Había cuando menos 15 mamás, algunas con niños de brazos, sentadas en una banca de cemento, sin guardar la distancia adecuada y sin usar tapabocas.
En el patio de la escuela, una docena de alumnos hacía una apretada fila, dirigidos por una maestra, quien negó ser tal y no se acordó ni de su nombre. Tampoco supo dónde era la dirección ni cómo se llamaba el director de la escuela.
Un momento después, padres de familia y alumnos se amontaron bajo unos árboles en el patio. Nadie traía tapabocas, nadie usó gel, nadie guardó la sana distancia.
“Nos dijeron los maestros que no había peligro porque en San Jerónimo no hay contagios”, comentó una madre de familia.
El fotógrafo Vargas, de San Pedro Piedra Gorda, estaba listo para proporcionar el servicio; para los papás, la foto costaría 300 pesos y sin duda, la cuota se la repartirían entre los maestros de sexto grado y el fotógrafo.
Se intentó ver al director, pero se informó que está en Florencia de Benito Juárez; el subdirector, un maestro de nombre Honorio, simplemente no sabía nada, parecía que había sido engañado por los maestros de sexto.
Los protagonistas del negocio, la maestra Yazmín y el maestro Gustavo desaparecieron. Luego de un rato se informó a los padres de familia que la ceremonia se suspendía “hasta nuevo aviso, porque alguien nos denunció”.