Honores y reconocimiento

En esta ocasión quiero comenzar como hace mucho no lo hago, recordando detalles de mi niñez que de seguro por la época traen a mi mente recuerdos sumamente agradables. Estas remembranzas me llevan a la capital cuando mis tíos Paco y Casto Del Cojo venían a Fresnillo por mí para pasar el fin de semana … Leer más

En esta ocasión quiero comenzar como hace mucho no lo hago, recordando detalles de mi niñez que de seguro por la época traen a mi mente recuerdos sumamente agradables. Estas remembranzas me llevan a la capital cuando mis tíos Paco y Casto Del Cojo venían a Fresnillo por mí para pasar el fin de semana con ellos en nuestra bizarra capital. 

Las actividades eran muy variadas, comenzaban en sábado temprano en Provisiones, S.A., tienda de abarrotes de mi abuelo para después ir a desayunar a algún lugar zacatecano. Posterior a los sagrados alimentos la entretención era infinita, o me llevaban a una tirada, de paseo o simplemente con sus amigos a pasar el rato. El domingo me regresaban o mis papás iban por mí para comer con los abuelos. 

Comento esto porque en la semana acudí por invitación de Canirac representando a la Asociación de hoteles, a la entrega del mérito empresarial restaurantero y uno de los lugares reconocidos fue la Cafetería Acrópolis, sitio donde desayuné con mis tíos muchos fines de semana. 

Otro de los lugares a los que acudíamos y que por cierto no me he dado a la tarea de observar si existe aun era el restaurante del Hotel La Barranca, donde los huevitos estrellados con frijoles eran en su momento un suculento manjar. Sigo sin entender cómo era posible que a mi corta edad me permitieran tomar café. 

Regresando al tema de La Acrópolis y en una opinión meramente turistera, no concibo el centro histórico sin esta icónica cafetería, sede diaria de personalidades del arte y política estatal, por lo que a mi manera y como homenaje a su reconocimiento, hablaré de ella. 

Es importante cuando se habla de un lugar saber quién lleva la rienda y Fuad Samán Zajur actualmente es el heredero de esta tradición hecha en Zacatecas.

Comenta en entrevista hecha para la revista Saborea Zacatecas que la responsabilidad, disciplina, trabajo, honestidad y perseverancia es la filosofía de trabajo que en el lugar aplica día con día; legado heredado de su padre el Sr. Said Samán Farah. 

Independientemente a los desayunos, este lugar es pionero en la industria restaurantera en Zacatecas en el giro de cafeterías y comida rápida, mencionó también que el ambiente familiar que se respira al pasar las puertas está siempre presente. 

Al comentar el trabajo de esta marca y lo que representa, destaco la extensa exhibición de obras de arte in situ que les ha dado el reconocimiento por parte de la Asociación de cronistas de Zacatecas. Por esto al cruzar la entrada, sus sentidos se alertarán al percibir visualmente las obras de arte y el delicioso aroma a café tan característico del lugar. 

No se puede dejar pasar como comenzaron estos 75 años de historia. El señor Said Samán Farah nace en septiembre de 1921 en Siria. Llega a Zacatecas a los 18 años con el fin de visitar a su hermana. Es importante mencionar que lo que sería una corta estancia terminó con una vida dedicada a nuestro estado. 

Como en la mayoría de las historias, el amor aparece y el matrimonio por consiguiente. El señor Samán contrae nupcias en 1946 con Catalina Zajur, dejando una dinastía de cinco hijos donde uno de ellos tiene la responsabilidad de seguir administrando nuestra Acrópolis. 

Su comienzo se dio como nevería y dulcería por el señor Atanasakis, traspasando el negocio en junio del 43 a la familia Samán. La Acrópolis comenzó en donde se encuentra actualmente la papelería Paquín, mudándose años más tarde a un local más amplio en el Hotel Avenida. 

Para 1948 comenzaron a servir comida rápida y pasteles, sin dejar atrás los helados y diferentes tipos de café. En 1983 el Gobernador Cervantes Corona propuso el cambio a su sitio actual donde después de algunas dudas, resultó ser lo mejor para este tradicional lugar. 

Puede sonar fácil pero el estar vigente por 75 años y ser testigo de tantos sucesos no es algo sencillo, enhorabuena por este merecido reconocimiento y que sean muchos más. No veo el centro de nuestra capital sin La Acrópolis. 

También es importante reconocer la labor de la Canirac y su presidente Victor Legaspi para el reconocimiento de todos estos tesoros, generalmente sabemos de su existencia y valor pero pasan en nuestra vida como parte de la rutina. Qué bueno que la industria restaurantera se preocupe por el justo reconocimiento de los lugares icónicos de la gastronomía zacatecana. 

Finalmente y debido a las vacaciones de temporada despedirme de usted, deseándole lo mejor en estas fiestas y pedirle las disfrute y goce al máximo en compañía de su familia. 

Recordarle de la misma forma que el hacer turismo en nuestro estado beneficia a muchas familias. Salga, conozca y siéntase orgulloso de ser zacatecano. Un abrazo, mi agradecimiento y hasta el año que entra. 

Imagen Zacatecas – Raúl Muñoz del Cojo