El Premio Estatal del Deporte

Señoras y señores, llega nuevamente la etapa del año en la que está por decidirse quién ganará el Premio Estatal del Deporte, en las modalidades de mejor atleta, mejor entrenador y mejor promotor deportivo. La lista es amplia y tan abierta que cualquiera que tenga los suficientes documentos para acreditar que es deportista y ha … Leer más

Señoras y señores, llega nuevamente la etapa del año en la que está por decidirse quién ganará el Premio Estatal del Deporte, en las modalidades de mejor atleta, mejor entrenador y mejor promotor deportivo.

La lista es amplia y tan abierta que cualquiera que tenga los suficientes documentos para acreditar que es deportista y ha tomado parte en alguna competencia en el último año tiene el derecho a mandar su propuesta y ser contendiente.

Esta situación ha generado año con año que se den múltiples inscripciones, pero realmente pocas opciones reales de aspirantes a ser considerado el mejor del año para el deporte local.

Como ocurre también en la elección de los miembros del Salón del Honor del Deporte Local, muchas veces los que llegan no son los que lo merecen, sino aquellos que, más que triunfos, acumulan un buen curriculum para tratar de impresionar al jurado.

Esta mecánica con la que se elige a los mejores del año debe cambiar, sería mucho más justo dejar de lado a entrenadores, exganadores y funcionarios elegidos por las autoridades como jurados y dejar todo en manos de los miembros de la prensa deportiva.

Si bien el gremio está lleno de personajes de muy poca moral y con apenas lejanas vinculaciones al mundo deportivo, también es una realidad que tienen en la mayoría de los casos menores intereses involucrados que los que se presentan en el resto de los elegidos como jurado.

A mí me resulta increíble que Adriana Barraza no tenga, por poner un ejemplo, uno de estos premios en sus vitrinas.

También es inconcebible que Juan Carlos Romero, el mejor atleta de todos los tiempos a nivel local, solamente pueda presumir uno.

Mismo asunto con el Salón del Honor; es inconcebible que Héctor Esparza no forme parte del recinto de los inmortales del deporte local.

Estos casos pueden explicar mejor que yo, lo injusto que ha resultado el proceso de elección histórica de este premio que debería ser el mayor honor al que un deportista zacatecano pudiera aspirar.

Ojalá los ganadores del 2014 sean dignos representantes de la actividad física en el estado y reciban el estímulo a sus carreras deportivas.

Imagen Zacatecas – José Manuel Barrón




Más noticias


Contenido Patrocinado