Sobre tela, Héctor Torres pinta lo que quieran

Héctor Torres Jiménez es un artista del aerógrafo, el cual es como una plumita que escupe pintura. | Fotos: Ángel Martínez.
Héctor Torres Jiménez es un artista del aerógrafo, el cual es como una plumita que escupe pintura. | Fotos: Ángel Martínez.

Héctor realiza playeras, gorras y gorros personalizados, según el gusto de cada cliente.

FRESNILLO.- Esta es la historia de un artista, el buen Héctor Torres Jiménez, quien con su aerógrafo es capaz de plasmar mensajes y unos dibujos espectaculares.

También retrata gente.

Gracias al aerógrafo, su arte puede estar sobre distintos lienzos, que se convierten de una cosa común a una bella pieza de arte, todo gracias a la mezcla de muchos colores y su imaginación.

Es así que Héctor se avienta sus gorras, playeras o sudaderas llenas de colores, sombras y luces que forman un poco de las cosas que lleva dentro, como la gente que lo conoce y su estilo de vida.

Pinta sobre sombreros o lo que quiera.

Este hombre es originario de Aguascalientes y hace 25 años que aprendió este oficio, y en ese tiempo decidió ir a distintas ferias del país para ofrecerle a la gente su arte.

Héctor dijo que, la verdad, con la pandemia el trabajo se puso muy flojo; por el coronavirus ya no ha podido recorrer las fiestas patronales ni las ferias y las ventas van para abajo.

Mucha gente no valora lo que hace y le regatean el precio.

Por eso es que este año se las ha visto muy negras con eso de los dineros. Pues en este panorama de emergencia sanitaria ni ha salido tanto y a los lugares que ha ido, casi no hay gente.

Personaliza toda la ropa.

La pandemia le afectó mucho

Pero aun así, Héctor no se agüita e intenta hacer este trabajo que le apasiona mucho y que le permite conocer a muchas personas que quieren el retrato de un familiar que se les fue.

Con su aerógrafo en mano no hay imposibles.

Pues, sobre todo, se dedica a realizar imágenes de santos, Virgencitas, y retratos con un estilo acá medio cholo y urbano.

Héctor cuenta que una vez le pidieron que plasmara a un San Judas en una sudadera, por la parte de la espalda, mientras que adelante estaba la imagen de una mujer; ese pedido se fue para Colima.

Los diseños son suyos.

Por ello, su chamba empieza desde las 10 de la mañana y la deja a las 8 de la noche, tiempo en que en ocasiones realiza playeras, gorras y gorros personalizados, según el gusto de cada cliente.

Lo malo de todo esto es que Héctor, sobre todo, dependía de las ferias para poder exponerle su arte a la gente. Muy triste dice que:

“El Covid-19 mató las ferias, sobre todo el miedo al virus ha matado las ferias y eso mata nuestra forma de trabajo y la oportunidad de sacar adelante a la familia”.

El originario de Aguascalientes tiene 25 años en este trabajo y está contento de vivir de su arte.

Pero, Héctor tiene la confianza de que esta mala racha pasará, aunque también comenta que, mucho antes de la pandemia, la gente igual no le hacía tantos pedidos y hasta le regateaba los encargos.

Con el Covid se murieron las ferias y se las ha visto negras.

Pero a pesar de todo eso, él se siente muy orgulloso de su trabajo, “porque me da para mantener a mi familia…” Así que ya sabe, acérquese a Fresnillo, acérquese a Héctor para un encarguito.

Hace unas letras cholas extraordinarias.



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