Don Rodrigo y su bendito oficio en Zacatecas

Foto: Carlos Montoya.
Foto: Carlos Montoya.

Todos los días a las 6 de la mañana don Rodrigo Córdova Díaz llega hasta la plazuela de Vivac, para comenzar con la venta de sus frutas de temporada, actividad que realiza desde hace más de 50 años.

ZACATECAS.- Todos los días a las 6 de la mañana don Rodrigo Córdova Díaz llega hasta la plazuela de Vivac, para comenzar con la venta de sus frutas de temporada, actividad que realiza desde hace más de 50 años.

Don Rodri platicó que su señor padre Valentín Córdoba González (QEPD) fue el pionero en este oficio cuando vendía sus frutas en el mercado de El Laberinto, el cual representa una parte del legado familiar.

Desde las 6 de la mañana está muy presente en el Centro Histórico.

“Es una herencia muy bonita, mi trabajo es uno de los más benditos porque tienes la satisfacción de conocer a todo tipo de gente: desde amas de casa, profesionistas, hasta obreros,” comentó don Rodrigo.

Oficio bendito

A sus 64 años, el nacido en la capital zacatecana, se siente orgulloso por haber salido de El Laberinto para vender la fruta en las calles.

Le gusta su trabajo porque conoce de todo tipo de personas.

Lo anterior debido a que este oficio fue que pudo sacar adelante a sus cuatro hijos, quienes actualmente viven en los Estados Unidos.

A ellos nada les faltó mientras don Rodri salía a vender la mercancía y para ellos es su más grande orgullo tener un padre que los procura en todo momento, a pesar de la distancia.

La mandarina es uno de los manjares que más quieren los zacatecanos.

El éxito está en la diversidad

A los largo del año vende frutas diversas, por ejemplo, en temporada de invierno se dedica a la venta de cacahuate, guayaba y la deliciosa mandarina de Tamaulipas.

Una de las frutas que más les gusta a los zacatecanos es el mango; aunque en tiempo de ciruela también la disfruta, comentó don Rodri, quien termina su jornada laboral a las 5 de la tarde.

A pesar de haber estudiado hasta la preparatoria, fue al comercio a lo que se ha dedicado toda su vida siendo las calles y los mercados su mejor vitrina.

Aporta salud y bienestar

“La fruta sigue siendo del gusto de chicos y grandes, es algo que siempre se va a consumir y me gusta vender mercancía que aporte a la sana alimentación, para evitar enfermedades,” comentó don Rodrigo.

Agregó que “la calle es tan bonita que uno ve muchas cosas, aquí han llegado niños que andan perdidos y los he reportado a la policía; pero mientras llegan por ellos aquí los mantengo para que no se alejen y trato de calmarlos.”

Asimismo, comentó que le gustaría recibir una capacitación para darle información al turista, porque en muchas ocasiones visitantes nacionales y extranjeros han acudido a él para solicitársela.

Es así como don Rodrigo Córdoba se gana el pan de cada día, haciendo lo que más le gusta y está seguro de que:
“hasta que Dios me deje en este vida o hasta que ya mi condición física no me permita salir a trabajar a la vía pública seguiré vendiendo mis frutas.”

Le ha tocado hasta tranquilizar chamacos cuando se pierden.



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