César tomó las riendas del negocio familiar

FRESNILLO.-Hablemos de este cuate que proviene de una familia de comerciantes, su nombre es César Campa Medrano, quien ha tenido que sumarse a esta actividad debido a la epidemia del coronavirus.

El comercio lo realiza con naturalidad, pues se desempeña desde bien morro por estar en contacto con sus padres.

Su mamá, Olga Medrano, lleva trabajando desde hace más de 30 años; pero su hijo tuvo que relevarla, porque pertenece a uno de los grupos de riesgo en la contingencia sanitaria.

En el puesto ubicado en el mercado Poniente, aseguró realizar esta chamba con orgullo y amor, pues es una actividad que desde bien morro conoce y con lo que ha podido ayudarse la familia.

Nunca ha habido vergüenza para hacer algo que me gusta, que me enseñaron mis padres y que se realiza con gusto”, añadió.

No es cuestión de oportunidades o malos tiempos, sino que es cuestión de valores, bien ahí.

También esta epidemia nos ha afectado a todos, no siendo la excepción estos cuates, quienes vendían hamburguesas y tortas.

En esta nueva realidad enfrentan menos presencia de clientes, por lo que optaron por vender frituras, refrescos y aguas, a ver si pega.

Bajaron mucho las ventas, se tuvieron que meter otros productos y sacar los alimentos”, agregó César.

El cuate precisó que los días con más ventas son lunes, viernes y sábado, que es cuando se tiene más presencia de personas que vienen de comunidades.

Y su local está bien acomodado, pues está cercano a la central de camiones que está a un costado del mercado Poniente, donde reconoció que se tuvo una baja de quienes arribaban a dicho espacio.

Sin duda alguna el buen Cesarrín le ha echado ganas a pesar de las circunstancias.