Los jubilados se han quejado de que los quieren excluir de la vida sindical. | Fotos: Cortesía.
Profesores de la UAZ cobran más dinero retirados que como activos.
ZACATECAS.- Por los compromisos que tiene la UAZ con aquellos profesores que ingresaron hasta el 12 de agosto de 1991, la institución tardaría cuando menos 10 años en estabilizar sus finanzas, revelaron fuentes de la Rectoría que pidieron el anonimato.
Y es que el personal académico que está en esta categoría tiene acceso a la jubilación dinámica “que consiste, en que el trabajador académico recibe el 100% de su salario y prestaciones que tuvo en activo, una vez que se jubile; la Universidad se obliga a cubrir diferencias entre la pensión que establece el ISSSTE y el salario y prestaciones que establece el Contrato Colectivo de Trabajo UAZ-SPAUAZ al trabajador académico, hasta complementar el 100% del salario”.
Este esquema ha generado, reconocen en la Rectoría, que haya profesores que ya cobraron más en su vida como jubilados que lo que recibieron en activo. Así, estos profesores ganan más como inactivos, recibiendo los aumentos y beneficios recientes acordados en las negociaciones entre SPAUAZ y la Rectoría.
Este modelo de prestaciones insostenible obligó a la UAZ a cerrar la puerta a estas jubilaciones dinámicas, por lo que según información oficial de la misma institución al personal que ingresó a partir del 13 de agosto de 1991 y hasta el 31 de marzo del 2007 le corresponde la Jubilación por décimo transitorio de la ley del ISSSTE, es decir “la pensión la paga en su totalidad el instituto de seguridad social, (lo correspondiente a 10 UMAS/ Salario Mínimo), por lo tanto, la UAZ ya no está obligada a complementar el pago”.
Una tercera categoría establece: “quienes ingresaron a partir de la fecha de abril de 2007 y hasta la actualidad, el personal académico se retirará con el monto total que logró reunir en su “cuenta individual”, por lo tanto, ni el ISSSTE ni la UAZ absorben obligación de pago”.
Los compromisos financieros con el primer grupo generan retrasos y dificultades de pago a la Rectoría, principalmente en el concepto de prima de antigüedad, que se cobra el mes en el que ingresó el beneficiario a la universidad.
Tan solo entre septiembre y octubre de cada año se necesitan alrededor de 90 millones de pesos para cubrir este concepto y se estima que más de la mitad corresponde a los profesores que ya están en inactivo. Las primas para docentes de más antigüedad suelen rondar en algunos casos los 150 mil pesos o incluso más, que tiene que pagar la universidad. El gasto anual de la prima es de aproximadamente 300 millones de pesos.
La UAZ reporta un registro de 2 mil 811 profesores en activo, con antigüedades de 0 a 52 años. De estos, unos 270 tienen 30 años de antigüedad; alrededor de 50 ya vendieron sus prestaciones; la UAZ ya no se las paga y solo reciben su jubilación del ISSSTE. En el grupo más numeroso están quienes tienen 11 años de antigüedad (son 245) que ya no representarán compromiso financiero para la universidad una vez que se jubilen. A los cerca de 2 mil 800 profesores en activo se suman alrededor de 700 docentes jubilados.
La Cláusula 41 del Contrato Colectivo de Trabajo establece que al momento de jubilarse de la UAZ recibirán además, “independientemente de cualquier prestación, el importe de un mes de salario promedio recibido durante los últimos tres años de servicio por cada año de antigüedad como gratificación por los servicios prestados.
Dicen profesores jubilados que ven una cierta campaña en contra, ante señalamientos de profesores que ya cobraron más como jubilados que como activos, como Delfino García, Jaime Casas, Guillermo Flores y Javier Enríquez Félix, también conocido como La Chicharra. Se menciona que ganan más retirados porque ya no pagan ISR y sus percepciones aumentan.
Enríquez Félix consideró que hay una campaña en contra de los profesores jubilados que entraron antes del 12 de agosto del 1991.
Recordó que hubo una propuesta del académico Rolando Alvarado para que esta generación ya no hiciera vida sindical. Y además, refirió, el actual líder del SPAUAZ, José Juan Martínez, no incluyó a representantes de la primera generación como integrantes de alguna cartera.
Consideró que hubo cierta tendencia por parte del exrector Antonio Guzmán Fernández a contribuir a una campaña contra los que tienen derecho a la jubilación dinámica, al manifestar cierta presión para que firmaran un acuerdo de venta de prestaciones.
En el caso de la propuesta de Rolando Alvarado no tuvo ningún efecto, pero se advirtió que ya es parte de pronunciamientos hacia el tema de los jubilados.
Javier Enríquez comentó que hay cuestiones que los jubilados se pierden como la prima vacacional, que ya no reciben, y la posibilidad de acceder a programas como el Sistema Nacional de Investigadores y otros que pudieran representarles ingresos adicionales.
Refirió que la decisión de seguir impartiendo clases, aunque ya se tenga la posibilidad de jubilarse, o de vender sus prestaciones es ya un asunto que compete a cada académico.
En el caso de los quienes continúan en actividad se considera que incluso generan un ahorro a la universidad, porque una vez que se retiren se les tiene que pagar lo correspondiente a la jubilación dinámica y además se tiene que contratar a quién lo sustituya.