El ritmo acelerado de la vida lleva a la indiferencia: Obispo Sigifredo

Sigifredo Noriega Barceló, obispo de la Diócesis de Zacatecas. | Foto: Cortesía.
Sigifredo Noriega Barceló, obispo de la Diócesis de Zacatecas. | Foto: Cortesía.

El Obispo Sigifredo señaló debido al ritmo acelerado de la vida se ha perdido la capacidad de asombro ante la violencia en Zacatecas.

ZACATECAS.- Con el ritmo acelerado de vida se cae en una indiferencia y se pierde la capacidad de asombro, “como ha corrido sangre estos últimos días. No faltan personas asesinadas, podemos perder el asombro y dar lo mismo, que queda en un numero dentro de una estadística”, dijo el obispo Sigifredo Noriega Barceló durante la homilía de este domingo en la Catedral Basílica de Zacatecas.

Por lo que señaló que es importante el descanso, sin embargo destacó que esto no significa que no se hará nada al respecto. Pues como sociedad se podría buscar disminuir el problema de la violencia a números al deslindar responsabilidades.

En este sentido, invitó a los creyentes a que se dejen tomar de la mano de Jesús, cuyo mensaje dominical es el descanso y la compasión.

Siendo el primero importante, sobre todo en esta temporada vacacional, que es para aprovechar el descanso del día a día. Sin embargo, además del descanso físico, se requiere descansar el espíritu cuando se vive muy aprisa.

En este descanso y la compasión son factores que dan sentido a la vida. No se podría vivir sin el descanso ordinario que hacen las personas en las noches, y es importante buscar el silencio e interiorizar hacia el corazón.

“Vivimos demasiado aprisa, nos adentramos en lo que tenemos que hacer cada día, aunque es difícil llevar el pan a la mesa de la familia, vivimos tensos y nos cansamos. Por eso es necesario ese descanso físico, como dicen es viernes y lo sabe muy bien el cuerpo”, dijo el obispo.

Añadió, que el Papa Francisco llamó al descanso espiritual “Ecología del corazón”, para hidratarlo. Reiteró que la compasión es cuando dos corazones se tocan y se conmueven y se asombra, es decir se abre al amor.

Es por ello que la compasión es el rostro radiante del amor de dios, y la invitación de Jesús es tener compasión que es la forma de vencer la indiferencia, y que tiene que ser lo más parecido al corazón de dios, señalo el obispo.