Historia de la esvástica: De la buena fortuna a Símbolo de odio

Parece haberse utilizado por primera vez en Eurasia, hace ya 7.000 años, pero el partido nazi la adoptó como símbolo en 1920. | Foto: Cortesía
Parece haberse utilizado por primera vez en Eurasia, hace ya 7.000 años, pero el partido nazi la adoptó como símbolo en 1920. | Foto: Cortesía

En la tradición budista, por ejemplo, la esvástica simboliza los pies o huellas de Buda y se incluye al comienzo y final de ciertas inscripciones.

La esvástica es, para muchos, símbolo de odio; un recuerdo de la Alemania nazi y el odio de quienes desde entonces perpetúan sus ideas. Sin embargo, el nacimiento de la esvástica se remonta a miles de años atrás y su significado original es de buena fortuna. Sorprendente, ¿no? Conoce más sobre la historia que guarda este símbolo.

El símbolo de la cruz equilátera con los brazos doblados en ángulos de 90 grados “parece haberse utilizado por primera vez en Eurasia, hace ya 7.000 años, quizá representando el movimiento (aparente) del Sol a través del cielo”, explica el Museo del Holocausto de Estados Unidos.

Esvástica: Símbolo de Buena Fortuna 

El término “esvástica” proviene del sánscrito, lengua antigua de origen indio que se habló hasta el siglo III a. C., y luego siguió presente en los textos religiosos y literarios, entre otros. En sánscrito, la palabra svatika significa “buena fortuna” o “bienestar”.

La aparición más temprana, se remonta en una estatuilla de marfil de 15.000 años de antigüedad que representaba un ave, se encontró tallado el símbolo. El antiguo grabado se utilizaba con fines de fertilidad y salud.

La esvástica se convirtió, y sigue siendo hoy en día, símbolo sagrado en al menos tres religiones de origen oriental: hinduismo, budismo y jainismo. Incluso, el arte cristiano y bizantino temprano también usaba este símbolo. Históricamente, fue incluido en diseños de tejidos, orfebrería y cestería.

El recorrido de la esvástica hasta Hitler 

En el siglo XIX, el símbolo “experimentó un resurgimiento”. El arqueólogo alemán Heinrich Schliemann, durante sus excavaciones, descubrió la particular cruz en el yacimiento de la antigua Troya. Schliemann la relacionó con símbolos similares que había hallado en cerámicas en Alemania y especuló que era un “importante símbolo religioso” de los antepasados remotos de su pueblo.

Para entonces, en el siglo XX, la esvástica también se había afianzado como símbolo de buena fortuna. Sin embargo, más adelante varios grupos racistas retomaron la esvástica como símbolo de la “identidad aria” y el “orgullo nacionalista”, explica el Museo del Holocausto.

El partido nazi adoptó la esvástica como símbolo en 1920. En la construcción de su iconografía, además de la forma, los nazis apostaron por los colores: su bandera retomó el rojo, negro y blanco de la bandera de la Alemania imperial.

A esto se sumó otro factor que pudo haber influido en su popularidad: la mayoría de los partidos políticos no tenían logos, el partido de los nazis y el Partido Comunista eran las excepciones en este punto.

La bandera nazi modernizaba el antiguo símbolo, al tiempo que evocaba los colores del recién derrotado Imperio alemán. Para 1935, la esvástica se había convertido en símbolo de la bandera nacional de Alemania, quedando relacionada con el horror del Holocausto.

Aún hoy conviven los múltiples significados de la esvástica

Sin embargo, lejos de la asociación más inmediata que probablemente haga la mayoría de los occidentales conocedores de la historia del siglo XX, la esvástica sigue siendo un símbolo sagrado para millones de hindúes, budistas y jainistas.

En la tradición budista, por ejemplo, la esvástica simboliza los pies o huellas de Buda y se incluye al comienzo y final de ciertas inscripciones.

China lo ha usado para denotar pluralidad, abundancia, prosperidad y una larga vida. En Japón, precisamente, este símbolo se utiliza en mapas para identificar a los templos budistas.

La multiplicidad de significados deja en debate su prohibición, que existe por ejemplo en países como Alemania.