Conoce la cena de Maximiliano y Carlota de Habsburgo en navidad

En el año de 1864, Maximiliano y Carlota de Habsburgo desembarcaron en México para ser los emperadores de México, esto provocó que trajeran al país muchas de sus tradiciones europeas, como lo fue su manera de celebrar la Navidad.

En territorio mexicano, desde años atrás ya se celebraba el nacimiento de Jesús, pero era una combinación entre costumbres que tenían algunos pueblos con tradiciones de la conquista y lo que se agregaba del extranjero.

El primer árbol de navidad en el país fue colocado por el imperio de Maximiliano y Carlota. Un movimiento extraño para muchas personas, pero un sector de la población lo tomó muy normal. Se tiene registro que desde 1850, familias alemanas que habían llegado a México ya buscaban pinos para llevarlos a sus casas en diciembre.

Es conocido que la alimentación de los emperadores se fundamentaba en elementos exclusivamente europeos, como las carnes frías y los vinos. Sin embargo, la cena navideña presentaba un cambio, transformándose en un opulento banquete destinado a las figuras más destacadas de México.

Cena de los Habsburgo en navidad

La pareja imperial organizó una festiva cena navideña con un menú diverso de inspiración europea. Desde aperitivos como aceitunas, rábanos, sardinas y anchoas, hasta platos principales como pescado con salsa tártara, filetes de buey frío y jamones de Westfalia, la oferta gastronómica fue una mezcla de sabores refinados.

La sección de asados presentó pavos trufados, ensalada de espárragos y pollo asado. El extenso repertorio de postres incluía budines, jaleas, helado, fruta conservada, compota de ciruela y bizcocho genovés. La bebida abarcaba desde champagne, vino, limonada hasta agua de horchata.

En un baile posterior se sirvieron cremas, salmón, croquetas de langosta y postres como compota de piña, sorbetes y tartas, realzando la experiencia culinaria de la temporada festiva.

Hoy se conoce que Maximiliano y Carlota comían este tipo de platillos debido a que en su momento se tuvo un registro de casi toda la comida que consumían.

En 2019 esta información salió a flote cuando una casa de subastas subastó un extenso catálogo de libros antiguos, de los siglos XIX y XX. Entre ellos se encontraban varias memorias del matrimonio imperial.