Seguridad en la incertidumbre

En estos momentos donde lo único cierto es la incertidumbre, donde todos los adultos llevábamos un tren de vida acelerado y las exigencias diarias nos pedían que fuéramos a hiper velocidad en nuestras actividades y donde la excusa a todo justificable era: “no tengo tiempo”, de repente nos pusimos en pausa, nos vimos obligados a quedarnos en casa y más aún se nos pide que seamos docentes de nuestros propios hijos y hacer de la mesa del comedor un aula educativa.

Ante este panorama tan estresante como es la convivencia o en su defecto la mal vivencia de 24 horas y sin restricción de espacio, hacer una rutina, un horario y respetarlo nos dará a todos armonía y mejor capacidad de respuesta amable, no es nada sano que sean las 10:00 de la noche y la maestra y la mamá sigan discutiendo vía WhatsApp temas escolares, tampoco dejar que el niño(a) duerma todo lo que quiera y coma lo que encuentre a la hora que sea.

Debemos mantener una rutina para tener certeza del día a día, así como repartir entre todos los integrantes de la familia las actividades de orden y limpieza del hogar, ya que de no ser así, además de la mamá ser multifuncional al ser pedagoga, conciliadora de conflictos, cocinera, entre otras cosas, pedirle que sea empleada domestica las 24 horas del día es inadmisible.

Para dar seguridad y tranquilidad a todos en casa durante este confinamiento es necesario: tener y respetar horarios de levantarse, acostarse, de las comidas, de las actividades escolares, tiempo especifico para los juegos en familia y es importante tener tiempo y respetar el espacio para que cada uno de las personas este sola, no podemos caer en la anarquía domestica que nos lleve a la convivencia estresante y se detone en las alzas de violencia familiar como lo reportan los recientes informes y de aumento de separaciones de pareja.

La necesidad de quedarse en casa nos exige un cambio de hábitos, no la ausencia de estos, a todos nos da tranquilidad el saber que hacer, a que hora hacerlo y que se espera de mí, por ello en esta situación es la oportunidad de modificar nuestros hábitos; más es necesario trabajar en ello en familia para que sea un cambio de hábitos en positivo.

Por último,  recordarles a los padres y madres de familia que el mayor índice de accidentes del hogar en menores es por quemaduras, principalmente de líquidos en la estufa. *

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