Zacatecanas que marcaron la historia

Amparo Dávila En el Pueblo Mágico de Pinos vio sus primeras musas la escritora y poetisa zacatecana más leída: Amparo Dávila.  Nació el 21 de febrero de 1928 y se crio como hija única después de que sus tres hermanos fallecieran. La muerte, lo misterioso y lo sombrío fueron factores que determinaron su vida. Sus … Leer más

Amparo Dávila

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En el Pueblo Mágico de Pinos vio sus primeras musas la escritora y poetisa zacatecana más leída: Amparo Dávila. 

Nació el 21 de febrero de 1928 y se crio como hija única después de que sus tres hermanos fallecieran. La muerte, lo misterioso y lo sombrío fueron factores que determinaron su vida. Sus primeros acercamientos a los libros los obtuvo en la biblioteca de su padre.

Se casó con el pintor, escultor y dibujante zacatecano Pedro Coronel, con quien tuvo dos hijas.

Dávila se define como una mujer perfeccionista en su creación. Su primera obra publicada fue Salmos bajo la luna en 1950. En 1966 se incorporó al Centro Mexicano de Escritores, donde recibió una beca.

En 1977 ganó el Premio Xavier Villaurrutia; en 2008 fue reconocida por el Palacio de Bellas Artes y en 2015 se fundó el Premio Nacional de Cuento Fantástico Amparo Dávila en su honor.

 

Eulalia Guzmán Barrón

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La Antropología es modo de reconocer el pasado; la docencia, de aprender en el presente para el futuro: Eulalia, la mujer zacatecana que conjuntó el conocimiento cronológico.

La reconocida antropóloga y docente nació en San Pedro Piedra Gorda, hoy conocido como Ciudad Cuauhtémoc, el 12 de febrero de 1890. En 1898 su familia se mudó a la Ciudad de México.

Aun siendo pequeña rechazó la idea de permanecer en el hogar por el hecho de ser mujer.  A los 14 años tomo la decisión de continuar con sus estudios: en 1910 se tituló de la Escuela Normal de Maestros y en 1930 estudió Arqueología en la UNAM donde fue una de las dos primeras mujeres que integraron la primera generación de antropólogos en México.

Su camino estuvo lleno de éxitos: a finales de 1914 el presidente Venustiano Carranza la envió a viajar por Estados Unidos para conocer nuevos métodos de enseñanza; José Vasconcelos, rector de la UNAM, le asignó para representar a México en al primer Congreso Panamericano de Mujeres y fue jefa del primer Departamento de Alfabetización en el país.

Su labor como antropóloga fue amplia: realizó expediciones exitosas y estudió piezas de gran valor histórico. También obtuvo cargos importantes en esta área.

Murió el 1 de enero de 1985 por problemas pulmonares y cardiacos.

La decisión de ser más que un ama de casa la llevó al éxito en el campo laboral.

 

Luz González Cosío

La Cruz Roja es una institución que se preocupa por el bienestar del otro bajo los principios de empatía, respeto y abrigo, ideales que impulsados por su fundadora: la zacatecana Luz González Cosío de López.

Nació en la ciudad de Zacatecas en 1869. Perteneció a un estrato social acomodado: su padre era el gobernador General Manuel González Cosío. A los quince años se tituló como profesora de primaria. Después, se casó con el Doctor Fernando López.

Siempre mostró una enorme inquietud por ayudar al prójimo y preocupación por lo que sucedía en su entorno. Su empatía la llevó a fundar, junto a su esposo, la Cruz Roja Mexicana, en 1909.

Con sed de ayudar fundó varias instituciones: el asilo Colón, para pequeños huérfanos, y la asociación de Madres Mexicanas; también se desempeñó como precursora de asilos, instancias infantiles para niños abandonados y  huérfanos, y escuelas para minusválidos.

Luz González muere en 1940 en la Ciudad de México, dejándoles a las personas más necesitadas instancias a dónde recurrir, mostrándoles que el apoyo e interés por el otro hacen de la vereda de la vida más hermosa y sencilla.

 

María Rodríguez Murillo

 

 

La docencia es un camino lleno de sorpresa, pero María nunca podría adivinar que su amor por la enseñanza la llevaría al sacrificio.

María Rodríguez  Murillo nació en 1891 en lo que hoy es el municipio de Tabasco. Desde joven mostró facilidad para la enseñanza y dedicó su corta vida a ser maestra rural en El Plateado y en Huiscolco.

La Segunda Guerra Cristera, réplica de la primera pero en la que ahora la Iglesia perseguía a quienes apoyaban las ideas del presidente Lázaro Cárdenas, señalaba la doctrina de María como escandaloso.

La madrugada del 26 de octubre de 1935 fue señalada de enseñar inmoralidades, ideas comunistas y protestantes, además de impartir clases de educación sexual.

La incriminación la llevó a su inesperado final: fue sacada de su casa desnuda, arrastrada por las calles de la localidad y finalmente abandonada a la orilla del rancho con los pechos mutilados.

Los ciudadanos recogieron a la maestra aún con vida y la llevaron a Tabasco donde murió.

En honor a María, la escuela donde ejercía tiene su nombre donde los pobladores la han nombrado como la maestra mártir.

 

María Soledad Fernández Bañuelos

La profesión de maestra es tan importante que se asemeja a la de la madre: enseñar y corregir al infante para forjar un camino mejor.

María Soledad Fernández Bañuelos, conocida como La señorita Chole, nació el 19 de octubre de 1911 en Morelos. Fue la hija mayor de una familia de diez hijos de los que ella y tres de sus hermanos se dedicaron a la docencia.

En 1932 comenzó a ejercer su profesión en su pueblo natal. Fue directora de varias primarias antes de que en 1979 se fundara la escuela primaria que lleva su nombre en la colonia Lomas de la Soledad, de la que fue directora hasta 2001.

Su trabajo por más de 70 años en la enseñanza la hizo acreedora de múltiples reconocimientos y galardones. También fue maestra en la Escuela Normal Ávila Camacho.

El 28 de octubre de 2012 murió la maestra Chole con 101 años.

Siempre se destacó por preocuparse por sus alumnos y son muchas las generaciones que la recuerdan con cariño y admiración por su interés en mejorar la educación de los zacatecanos.

 

Beatriz González Ortega

La ayuda que una mujer puede ofrecer al prójimo sin distinción puede hacer el cambio en medio de una completa oscuridad, como una guerra.

Beatriz González Ortega, nació el 12 de octubre de 1873 en San Juan Bautista del Teul, Zacatecas.

Sus padres fueron el Coronel José María González Ortega y Adelaida Ferniza.

En 1894 recibió el título de profesora en la Escuela Normal de Zacatecas. Dedicó una parte de su vida a la docencia. Más tarde, cambió su profesión por la enfermería.

Durante la Toma de Zacatecas, la escuela normal que dirigía se convirtió en hospital. Ahí dirigió a un grupo de mujeres capacitadas en primeros auxilios para atender a todos los heridos.

Su loable acción estuvo a punto de llevarla al  final de sus días: sería fusilada  por orden de Pancho Villa por ayudar a los federales; pero el cariño de los zacatecanos la salvó gracias a la intercesión del militar Eulalio Robles.

En 1944 fue condecorada la con la medalla al Mérito Revolucionario.

Se convirtió en la primera mujer en ocupar un lugar en el Mausoleo de las Personas Ilustres.

Muere el 3 de septiembre de 1965 en la Ciudad de México.

Imagen Zacatecas – Jéssica Félix




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