Las normalizadas y las interiorizadas

Ricardo González.
Ricardo González.

Normalizar, dice el diccionario, es hacer normal una cosa que no lo era, o que una cuestión social cultural se ha visto como algo común en el grueso del colectivo humano. Por otra parte, interiorizar es hacer propia una cosa. Es asentarla de manera profunda e íntima en la mente y ya de manera más … Leer más

Normalizar, dice el diccionario, es hacer normal una cosa que no lo era, o que una cuestión social cultural se ha visto como algo común en el grueso del colectivo humano.

Por otra parte, interiorizar es hacer propia una cosa. Es asentarla de manera profunda e íntima en la mente y ya de manera más romántica en el corazón.

Este par de verbos tienen un importante auge en estos días. ¿Qué es lo que normalizamos o qué es lo que interiorizamos? Dijo Lady Wuu “¡Uy pues muchas cosas!”.

En estos días, nuestra Máxima Casa de estudios está viviendo proceso sindical dónde habrá de renovarse la dirigencia del Sindicato del Personal Académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (SPAUAZ).

Conversando con algunas personas de Jalpa, algunos profesores, otros tenderos, comerciantes y más, ven a los profesores, sobre todo a los universitarios, cómo empleados del sistema con prestaciones de lujo.

Pero cuando uno está del otro lado, perteneces al colectivo de profesores que se encuentran más vulnerables: sin estabilidad laboral y sin certezas sobre los planes de pensiones.

Entonces es necesario preguntarse, ¿en realidad tenemos más prestaciones que otros trabajadores? La respuesta puede ser que sí.

Pero una acción colectiva  que busca ganar o que se respeten sus derechos, en este caso los laborales, es un movimiento dentro de la ley.

El problema sucede cuando hacemos notar estos dos últimos. Una gran cantidad de personas tiene tan normalizada la precariedad laboral, que me atrevería a decir que también la ha interiorizado.

O sea que ganar el mínimo y carecer de las prestaciones que otorga la ley a todos los mexicanos es el común y tener un empleo con prestaciones es la excepción.

Normalizar e interiorizar son verbos peligrosos que mantienen a las capas sociales rígidamente en sus lugares. “El pobre es pobre porque quiere” es una de las grandes frases que se utilizan para normalizar la pobreza.

Creo que el error de la universidad y de los profesores ha sido ir perdiendo esa vinculación que se generó con amplias capas marginadas de la sociedad, allá por las décadas de los70, 80 y alguna parte de los 90.

La lucha por los derechos humanos, tanto laborales, sociales y culturales, debe ser prioridad de la vinculación universitaria con la sociedad.

Normalizamos e interiorizamos la violencia con “frases que no buscan ofender” (según el que las menciona), pero que hacen mofa desde los estereotipos que inculca el machismo arraigado.

Ahora, en vez de cuestionarnos el uso de palabras ofensivas, llamamos generación de cristal a todo el que se ofenda, del mundo de Twitter ni hablar.

La burla normaliza e interioriza la violencia en cualquiera de sus caras. Desaprender también es aprender.

*Profesor UAZ




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