Con claroscuros, la economía sin salida

El Presupuesto de Egresos 2020 ha levantado la tolvanera donde tiene pocas virtudes y poco se han señalado los muchos oscuros que trae. Entre sus virtudes destaca el hecho de que les ha quitado dinero a grupos que tradicionalmente han sido saqueadores de fondos públicos o a instituciones que se han vuelto intocables por “ser … Leer más

El Presupuesto de Egresos 2020 ha levantado la tolvanera donde tiene pocas virtudes y poco se han señalado los muchos oscuros que trae.

Entre sus virtudes destaca el hecho de que les ha quitado dinero a grupos que tradicionalmente han sido saqueadores de fondos públicos o a instituciones que se han vuelto intocables por “ser imprescindibles” para la vida de la nación.

Entre los primeros, sobresalen las organizaciones campesinas que sexenio a sexenio han doblado a Presidentes y al Legislativo para obtener una buena tajada del presupuesto que se queda en los bolsillos de los líderes y no tiene que ver nada con la producción agrícola ni con el nivel de vida de los campesinos.

Paralelo a ellos, hay varios organismos ciudadanos con inmensos presupuestos cada vez mayores; con burocracias doradas inmensas, con infraestructuras de primer mundo que justifican lo que se les asigna porque ellos dicen ser vitales en la vida nacional.

Póngale el nombre del INE y encontrará una enorme burocracia ciudadana, verdadera casta dorada que hoy asegura que le han dado un golpe mortal cuando la realidad es que deberían pensar en que la democracia no puede ser más cara año con año.

Y súmele a ellos a los gobernadores de todos los estados donde las burocracias y las deudas han crecido al parejo y a quienes, en las aportaciones federales y el gasto federalizado, no se les aumentó, pero no se les disminuyó. Y por lo que hace a las participaciones, en el presupuesto aprobado, no disminuyen. Pero en la realidad lo más probable es que sí suceda en la medida que los ingresos, sobrestimados, no se cumplan.

También entre las virtudes habría que anotar el que se ha convertido en el proyecto estrella del sexenio, las pensiones para adultos mayores con una partida de alrededor de 165 mil millones de pesos.

Pero es probable que las virtudes terminen ahí, porque los oscuros son muchos. Uno muy grave, quitar dinero a proyectos y planes que funcionan y destinarlo a donde hay subejercicios o a instituciones que no existen.

El mejor ejemplo podría ser la educación, donde se mandan recursos a las becas con grandes subejercicios o a financiar las universidades de AMLO que no existen. Y gravísimo es el desplome a la inversión en infraestructura.

Se ha decido que el país no tenga infraestructura, ni siquiera los proyectos del Presidente, Santa Lucía, el Tren Maya y Dos Bocas, a los que se les asignaron partidas pequeñas que significaría que se terminarán en veinte años y nunca.

Y para rematar, el uso discrecional de casi medio billón de pesos en programas sin padrones y sin rendición de cuentas y, desde luego, el pecado mortal de acabar con Progresa, un programa ejemplo a nivel mundial.

En resumen, con algunas virtudes, el proyecto de gasto significa que la economía no crecerá, que el desempleo llegará y que, con una economía colapsada, ningún proyecto ni la 4T tienen vida larga.




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