Inegi revela que pagó a cárteles mexicanos para entrar a pueblos a censar

Inegi pagó a células delictivas para poder operar | Foto: Cortesía.
Inegi pagó a células delictivas para poder operar | Foto: Cortesía.

Inegi declaró que el problema era peor en las zonas rurales del país y que se vieron obligados a emplear varios métodos para poder censar.

El instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que en el 2022 tuvo que pagar a bandas delictivas para poder ingresar a ciertas ciudades a realizar el censo.

Algunos analistas aseguran que los trabajadores de ese organismo, de empresas encuestadoras e investigadores de mercadotecnia son blancos de los cárteles de la droga.

Susana Pérez, directora adjunta de Censos Económicos y Agropecuarios del Instituto estadístico, declaró que algunos empleados del organismo se vieron obligados a contratar a delincuentes para realizar entrevistas del censo.

Además dio a conocer que uno de los funcionarios fue secuestrado cuando intentaba realizar entrevistas.

La funcionaria declaró que el problema era peor en las zonas rurales del país, y que el Inegi se vio obligado a emplear varios métodos para poder operar.

“Hay diversas estrategias, desde en algunos casos pagar por entrar”, indicó la directora.

En cuanto a la zona centro y norte de México los problemas de violencia son más fuertes debido a las guerras territoriales del narcotráfico y la migración.

En estos lugares los trabajadores del censo encontraron comunidades agrícolas abandonadas sin nadie a quien encuestar.

Inegi no permite injerencia de políticos a sus estadísticas

A pesar de ser financiado por gobierno, Inegi goza de autonomía para garantizar que las estadísticas no se vean alteradas por los políticos.

Por otro lado, David Saucedo, analista de seguridad dijo que los cárteles de la droga y las células delictivas s tienen como blanco a los trabajadores del Inegi.

“Hay casos en donde los grupos del crimen organizado extorsionan y piden dinero a los encuestadores y supervisores para dejarles hacer encuestas. En este caso se trata de un delito de extorsión simple y llana”, señaló Saucedo.

También se habló sobre el peligro que implica ir de puerta en puerta para realizar el trabajo:

“En ocasiones, los cárteles hostigan a los encuestadores al confundirlos con integrantes de otros grupos delictivos, debido a que grupos rivales se disfrazan de brigadistas de gobierno o encuestadores para hacer trabajos de inteligencia en zonas bajo el control del enemigo”, agregó.