Gobierno de Nuevo León Clausura Refinería de Cadereyta

Foto: Cortesía
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A pesar de la clausura, las operaciones continuaron normalmente en la planta de PEMEX.

NUEVO LEÓN.- En una controvertida decisión, el Gobierno de Nuevo León procedió a la clausura de la Refinería de Cadereyta, operada por PEMEX, luego de que la instalación se negara a colaborar con una inspección de la Secretaría de Medio Ambiente. La medida fue tomada debido a la notoria emisión de contaminantes que afectan la calidad del aire y la salud de la población.

La situación escaló después de que un equipo de la Secretaría de Medio Ambiente intentara llevar a cabo una revisión en cumplimiento de una orden de la Jueza Segunda en Materia Administrativa. La jueza había resuelto a favor del regidor Javier González Alcántara, quien presentó un juicio de amparo para determinar el origen de los contaminantes. Sin embargo, se les negó el acceso a la refinería.

Javier González Alcántara, demandante, expresó su frustración. Señaló que la refinería se negó a atender la situación hasta que se colocó una manta en la entrada. Argumentó que la refinería estaba actuando ilegalmente al atentar contra la salud y el medio ambiente.

Clausura de la refinería

La clausura se llevó a cabo debido a la evidente emisión de contaminantes a la atmósfera, afectando a la población. Alfonso Martínez Muñoz, Secretario de Medio Ambiente en Nuevo León, explicó que intentaron llegar a un acuerdo para levantar la clausura, pero la refinería se negó a permitir la inspección.

A pesar de la clausura, las operaciones continuaron normalmente en la planta de PEMEX. David González López, trabajador de PEMEX, confirmó que las actividades no se vieron afectadas y que no habían recibido notificación de clausura.

La medida gubernamental generó opiniones divididas entre los habitantes de Cadereyta. Algunos no están de acuerdo con el cierre de la refinería, reconocieron que la contaminación les ha causado problemas respiratorios.

Según el Sistema Integral de Monitoreo Ambiental de Nuevo León, la calidad del aire en la zona metropolitana de Monterrey fue catalogada como “mala” a “muy mala” el viernes pasado. La controversia sobre la clausura persiste mientras la comunidad evalúa los impactos a largo plazo en la región.