Exempli gratia

Víctor Manuel Silva Galaviz.
Víctor Manuel Silva Galaviz.

Tus hijos poco aprenderán de tus palabras en comparación de lo que aprenderán y se apropiarán de tus acciones, ¿cómo crear buenos ciudadanos en tiempos de tanta inestabilidad? En donde la apología de la violencia más que una moda se ha vuelto una imposición cultural al diario vivir. En la cotidianidad de las series televisivas, … Leer más

Tus hijos poco aprenderán de tus palabras en comparación de lo que aprenderán y se apropiarán de tus acciones, ¿cómo crear buenos ciudadanos en tiempos de tanta inestabilidad? En donde la apología de la violencia más que una moda se ha vuelto una imposición cultural al diario vivir.

En la cotidianidad de las series televisivas, en la música que escuchas, a donde quiera que vayas, en las pláticas en cualquier lugar solo se retoman temas asociados con violencia y lo normal es “que no te toque” y lo común es que siempre este pasando algo atroz en algún lugar de nuestra República de lo cual nos damos cuenta con la inmediatez de las redes sociales, y la negación institucional solo se compara con la incapacidad del ciudadano ante la magnitud del problema, ¿qué hacemos? Seremos víctimas a la espera de no ser una triste estadística momentánea. Considero mejor ser un agente de cambio afectivo en mi entorno donde no espero la solución mágica externa y comienzo a lograr un cambio positivo en lo que veo con mis hijos, en las pláticas constructivas que propongo y aunque me tachen de aburrido siempre las palabras de los padres sobresalen de todo el ruido en el que están inmersos los jóvenes.

Me ocupo por generarles recuerdos positivos de una convivencia sana enseñándoles que la violencia no es el camino sino de más violencia y lo que nos urge como sociedad son ciudadanos preocupados por el bienestar del próximo y no de la indiferencia diaria.

Si la comunidad escolar también se vuelve indiferente el camino al bienestar social se estará alejando de manera sistemática, entendamos nuestros roles como padres de familia y como maestros, trabajemos en armonía en lo más urgente que es la formación de los niños y niñas, no les dejemos un mundo peor que el que heredamos de nuestros padres, ellos se merecen lo mejor de nosotros y no solo lo peor del entorno.

Recordemos que este mundo no lo heredamos de nuestros padres, lo tenemos prestado de nuestros hijos, si tu ejemplo es positivo estas construyendo buenos ciudadanos.




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