Sin crisis y Punto Final

Pablo Torres Corpus.
Pablo Torres Corpus.

A finales del año pasado y a principios del presente, en este mismo espacio dediqué varias entregas a comentar o advertir sobre la inminente crisis económica que tendríamos a partir de los estragos de la pandemia por COVID-19  y las malas decisiones sobre el gasto público y política económica en lo micro y macro. A … Leer más

A finales del año pasado y a principios del presente, en este mismo espacio dediqué varias entregas a comentar o advertir sobre la inminente crisis económica que tendríamos a partir de los estragos de la pandemia por COVID-19  y las malas decisiones sobre el gasto público y política económica en lo micro y macro.

A partir de esas entregas recibí y sigo recibiendo amables comentarios y airados reclamos; varios conocidos me dicen que exagero o exageré sobre las dimensiones de la crisis. Reconocen que no les va igual de bien como en 2017 o 2019, pero “ahí la llevan”.

Me dicen que, es cierto que han tenido menores ingresos, pero que no han dejado de comer o incluso viajar.

Un apreciado amigo de la infancia que ahora es mediano empresario (contrata a 72 personas) me dice que no le ha ido tan mal, que “sólo tuvo que despedir a seis trabajadores”.

Entiendo su situación y visión; no quiero verme “progre” pero esas opiniones nacen desde el privilegio o bendición de tener holgura económica, ahorros, capital.

Siempre que hay crisis económicas los que primero, y más las padecen son las personas que viven al día, lo que trabajan para cubrir los gastos básicos, los que no tienen ahorros, los que pagan renta y/o viven del crédito.

Cuando hay crisis lo primero en aumentar son los costos del crédito, estar endeudado es más caro durante las crisis y regularmente las personas más endeudadas son las que viven al día, las que no les alcanza el ingreso diario para satisfacer las necesidades básicas o patrimoniales, que lamentablemente son la mayoría.

Mi amigo que “sólo despidió a seis personas”, sigue con su nivel y ritmo de vida, pero estoy seguro que los despedidos no.

Quiénes tenemos la fortuna de tener un trabajo seguro y un ingreso fijo con prestaciones sociales, solemos creer que así es la generalidad, pero no, la realidad siempre nos rebasa.

Claro que hay que ser analíticos y agradecidos, pero no dejemos de ser empáticos, no porque las crisis no nos tumben en lo particular podemos suponer que eso ocurre en la generalidad.

Los que menos tienen son los que más existen y más la padecen.

Punto Final

Los impactos de la pandemia apenas se empiezan a reflejar en los indicadores nacionales.




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