Horroris Farsa y Punto Final

Pablo Torres Corpus.
Pablo Torres Corpus.

Si usted sigue las mañaneras del presidente Andrés Manuel López Obrador, seguramente ubica a cinco personajes que fungen como escenografía, y con regularidad, intentan actuar como reporteros; me refiero a Hans Salazar, Sandra Aguilera, Carlos Domínguez, Paul Velázquez, alias el Pirata, y Carlos Pozos, mejor conocido como Lord Molécula. Pues resulta que el pasado fin … Leer más

Si usted sigue las mañaneras del presidente Andrés Manuel López Obrador, seguramente ubica a cinco personajes que fungen como escenografía, y con regularidad, intentan actuar como reporteros; me refiero a Hans Salazar, Sandra Aguilera, Carlos Domínguez, Paul Velázquez, alias el Pirata, y Carlos Pozos, mejor conocido como Lord Molécula.

Pues resulta que el pasado fin de semana estos personajes recibieron un doctorado honoris causa como “mérito a la comunicación social”. El hecho causó indignación y burlas, y no es para menos.

Quienes ofertan y reciben estos doctorados patitos lo hacen como si fuesen doctorados académicos, lo cual es falso. En México, los doctorados honoris causa no tienen validez oficial ni son equiparables a los doctorados académicos.

Antes, los doctorados honoris causa escaseaban, pues eran títulos honorarios que universidades serias entregaban a personas eminentes, sin importar el grado académico que poseyeran.

Pero, la proliferación de escuelas patitos y la urgencia social de tener títulos hizo que los honoris causa abundaran y dejaran de ser honorarios para convertirse en mercantiles para el alcance, engaño y disfrute de quienes los paguen.

Así, desde hace algunos años, en esta temporada, al menos una docena de empresas disfrazadas de claustro doctoral con el cobijo de alguna universidad chafa, otorga centenares de doctorados.

Los supuestos claustros doctorales han sofisticado su modus operandi, primero eligen a las posibles víctimas y les mandan una pomposa carta diciéndoles que después de una exhaustiva investigación, y en reconocimiento a sus méritos, el claustro doctoral lo ha elegido por unanimidad como candidato al honoris causa.

Si la víctima está de acuerdo, basta con notificarlo para obtener el documento, es aquí donde inicia el negocio; explican que el doctorado no tiene costo, pero sí es necesario hacer un donativo para cubrir los gastos de la ceremonia, disfraz, cena y accesorios. La donación oscila entre los 20 mil y 80 mil pesos dependiendo de la empresa y la cantidad de invitados.

Luego, en un afán de hacer creíble y solemne el negocio, realizan una ceremonia en recintos oficiales, aunque, por más que revistan sus ceremonias, no dejan de ser doctorados inválidos.

Por eso, quienes se prestan a este negocio o son ingenuos o cínicos. Ingenuos porque caen en la farsa; cínicos, si a sabiendas que es una farsa participan.

Punto Final

Mi sincera gratitud por la solidaridad y atenciones.

*[email protected]




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