Vacío de liderazgo e impotencia programada

José Luis Medina Lizalde.
José Luis Medina Lizalde.

Guanajuato padece del mismo dolor que Zacatecas, sus autoridades locales rehúyen limpiar cuerpos policiacos y sistema de justicia como paso ineludible para enfrentar la infiltración criminal, es hora de rectificar. El vínculo de confianza entre ciudadanía y gobierno es fundamento del éxito, pero ese vínculo solo se logra si la confianza chorrea de la cúspide … Leer más

Guanajuato padece del mismo dolor que Zacatecas, sus autoridades locales rehúyen limpiar cuerpos policiacos y sistema de justicia como paso ineludible para enfrentar la infiltración criminal, es hora de rectificar.

El vínculo de confianza entre ciudadanía y gobierno es fundamento del éxito, pero ese vínculo solo se logra si la confianza chorrea de la cúspide a la base de la pirámide, el Gobernador necesita que sus colaboradores inmediatos crean en él, lo consideren honesto, responsable y capaz, si no es así en vez de chorrear confianza hacia abajo y a los lados, ese círculo alimentará suspicacias, desconfianzas y reprobación oculta, un gobernante es inspirador de actitudes necesarias para lograr metas, un motivador de esfuerzos y en el tema de la seguridad de valentía.

La misma exigencia tiene el fiscal para cumplir óptimamente su función, necesita que el personal a su mando lo valore como líder, que los agentes de ministerio público y policías adscritos y personal administrativo sean un bastión de la justicia con elevada autoestima.

Un titular de Seguridad Pública que esté al mando de personal que le tiene miedo, desprecio o desconfianza está condenado a fracasar.

El liderazgo cohesiona, inspira y es factor positivo hasta en la familia en dónde un padre admirado y querido desempeña más fácil su misión paternal que el padre temido o despreciado, sirva esto de argumento para señalar que en Zacatecas tenemos años huérfanos de liderazgo en el más esencial de los servicios que todo gobierno debe a sus gobernados, el de garantizar la seguridad de las personas y los bienes en el territorio que gobierno.

Dejar hacer , dejar pasar

Zacatecas ha pasado de vacío de liderazgo al vacío de gobierno de manera peligrosa no de ahora sino desde que se expandió por el país las células nacidas para abastecer el consumo de drogas del insaciable mercado de los Estados Unidos, desde los años setenta del pasado siglo nuestro territorio ha sido tránsito de cargamentos, armas y delincuentes, la antigua gasolinera El Pilar fue el sitio del artero asesinato de un capitán y un teniente de la federal de caminos y en los ochenta los sembradíos de marihuana en sierras y bajíos se expandieron sin sobresaltos hasta que el cártel de Guadalajara resultó decapitado por el asesinato de un agente de la DEA, después de un breve receso, en los noventa Zacatecas “se internacionaliza” con las pistas clandestinas para vuelos procedentes de Colombia como aquél que con un cargamento de 12 toneladas de cocaína aterriza en Sombrerete.

La pérdida de seguridad se anunció con toda contundencia pero cometimos el error de no tomar las providencias atenidos a que una policía para cuidar el orden en las ferias y carreras de caballos era más que suficiente, así llegamos a la captura de las instituciones en la medida en que lo necesitan las bandas organizadas.

El papel de la federación local rinde mejores frutos en Querétaro que en Guanajuato, en Yucatán que en Zacatecas debido a como asumen las clases políticas locales su responsabilidad, Zacatecas ha sido históricamente omiso y pagamos un precio muy alto.

La inseguridad es nuestro principal problema, de su solución depende todo lo demás. Camberos no está dispuesto a encabezarnos para enfrentar el reto que equivocadamente le traslada el Gobernador, los asesinatos en la escuela de Derecho de la UAZ y la falta de consecuencias reales y legales después de tanto tiempo pone en entredicho a todos, incluyendo a los que alaban la disculpa privada de una ofensa pública “ordenada” al Gobernador

Prefieren no enterarse

El vacío de liderazgo convertido en vacío de autoridad se hace más presente cuando un gobernante débil vive el final de su gestión. Las bandas se disputan el derecho de pactar con los nuevos operarios del combate a la delincuencia, saben que en Zacatecas es muy fácil hacerlo a las espaldas de los políticos de vitrina porque se niegan a involucrarse en serio y que prefieren no enterarse si perciben el más mínimo riesgo, los diputados, los cabildos, el gobernador y presidentes municipales procuran no meterse en el problema y enterarse lo menos posible de lo que se trama abajo.

Se vive la zozobra de no saber que puerta tocar ante extorsiones o secuestros. Si arriba ignoran los nexos entre delincuencia y autoridades abajo si se sabe. Sus angustias, no tienen cobertura informativa. Sufren su drama como si les ocurriera en un país extraño, aislados, con miedo a hablar ”de más”.

Para interrumpir la cadena de omisiones necesitamos líderes capaces de poner en movimiento las potencialidades institucionales y ciudadanas. Habrá que echarles montón a los que vulneran la seguridad de los zacatecanos. Necesitamos liderazgos resueltos no jefes que simplemente ordenan.

Nos encontramos el lunes en Recreo.

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