Respeto por los demás

Nadie decide ser heterosexual, bisexual o homosexual, por lo que podemos hablar de una orientación del deseo sexual.

En el ámbito de la sexualidad humana para establecer relaciones interpersonales se realizan mediante la acción y el efecto que generen fuerzas para la atracción hacia sí o hacia otro, y los niveles de respuesta de un individuo ante los estímulos obtenidos por la imaginación, por la vista, por el contacto con otro ser humano.

Existe una gran controversia para utilizar el término orientación sexual o para utilizar el término “preferencia de género”. Si bien es cierto que las personas poco intervenimos en la decisión de ser heterosexuales, bisexuales u homosexuales, y que por lo tanto podemos hablar de una orientación del deseo sexual, también es cierto que en algún momento todos y cada uno de nosotros preferimos relacionarnos tanto afectiva como emocional y eróticamente con personas ya sea de nuestro misma preferencia sexual, de una diferente o con ambas, por lo que tenemos la posibilidad de elegir entre varias opciones.

Nadie decide ser heterosexual, bisexual o homosexual, por lo que podemos hablar de una orientación del deseo sexual. Hasta la fecha nadie ha podido cambiar la orientación del deseo sexual de nadie a través de ningún medio, por lo que podemos deducir que la orientación del deseo sexual es innata y no adquirida.

La orientación homosexual, que es la capacidad para relacionarse tanto afectiva como emocional y eróticamente con personas del mismo género o del mismo sexo. La orientación heterosexual, que es la capacidad para relacionarse tanto afectiva como emocional y eróticamente con personas de otro género o del sexo reproductivamente complementario. Y la orientación bisexual, en donde indistintamente o por momentos específicos las personas tienen la capacidad para relacionarse afectiva, emocional y eróticamente tanto con miembros de su propio género o sexo como con los del otro género o del sexo reproductivamente complementario, y esto puede ocurrir alternadamente o al mismo tiempo.

El respeto mutuo lleva a la confianza y a relaciones más amistosas, mientras que el recelo conduce a problemas. Ver a los otros en términos de “ellos” y “nosotros” solo resulta en más división. Por lo tanto, cultivar un sentido de unidad de la humanidad es crucial para la paz en el mundo.

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