Redefinir el rol del supervisor en la educación media superior

Rafael Sánchez Andrade.
Rafael Sánchez Andrade.

Desde 2015 la SEMS ha instruido que el supervisor esté cerca de la comunidad educativa de los planteles.

En 2015 la Subsecretaría de Educación Media Superior (SEMS) publicó la convocatoria para asignar 201 plazas con funciones de supervisión; 140 Supervisores de Campo, 25 Coordinadores Regionales de DGETA y 28 de DGETI, así como 8 Coordinadores Regionales de SEMS.

Con este grupo la SEMS inició las funciones de supervisión, puntualizando que el supervisor es la “autoridad que, en el ámbito de las escuelas bajo su responsabilidad, vigila el cumplimiento de las disposiciones normativas y técnicas aplicables, apoya y asesora a las escuelas para facilitar y promover la calidad de la educación; favorece la comunicación entre escuelas, padres de familia y comunidades, y realiza las demás funciones que sean necesarias para la debida operación de las escuelas, el buen desempeño y el cumplimiento de los fines de la educación”.

En 2020 la SEMS emite la Guía operativa para la organización y funcionamiento de los supervisores de Educación Media Superior, estableciendo como uno de los objetivos generales “Instrumentar un proceso de supervisión integral, que contribuya a alcanzar una educación con calidad y equidad en los planteles federales a cargo de la SEMS, con oportunidades de acceso, programas relevantes y pertinentes; con espacios dignos y libres de violencia, y estudiantes comprometidos con su escuela, su comunidad y la sociedad de la que forma parte”. Se precisa que la supervisión depende directamente del Titular de la SEMS, la cual lleva a cabo a través de 184 supervisores en 31 entidades federativas y la Ciudad de México.

En 2023 la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU) presentó “El rol del personal con funciones de supervisión: nuevos significados ante el cambio curricular. Intervención formativa emergente (IFE)”

Se destaca que para construir la IFE se requiere identificar los retos o dificultades que enfrenta el personal con funciones de supervisión durante un cambio curricular, para así determinar aspectos de mejora de su práctica, definir el propósito de la intervención, los contenidos, y el dispositivo formativo pertinente para su abordaje.

Para conocer la problemática se realizaron entrevistas a supervisores, identificando importantes retos como son; “resistencia al cambio por parte de las comunidades escolares; falta de conocimiento sobre el plan de estudios entre las comunidades escolares, así como la falta de trabajo colaborativo entre todos los actores que la integran”. Los supervisores también manifestaron que ellos mismos y las comunidades escolares los conciben como agentes desvinculados y ajenos a los planteles que supervisan.

MEJOREDU propone resignificar el rol de los supervisores como propósito de la IFE, a través de acciones que le permitan propiciar la reflexión con la comunidad escolar.

Desde 2015 la SEMS ha instruido que el supervisor esté cerca de la comunidad educativa de los planteles, realice una supervisión integral, proponga y de seguimiento a acciones de mejora. Sin embargo después de leer el diagnóstico que sustenta la Intervención formativa emergente, se puede inferir que el supervisor debe revalorar el papel que desempeña en la mejora del servicio educativo que ofrecen los centros educativos, así como en la implementación del marco curricular común.

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