Paradigmas juveniles

Jairo Mendoza. Enfoque joven
Jairo Mendoza. Enfoque joven

Los jóvenes por naturaleza solemos ser rebeldes, inquietos y críticos; características que, en teoría y en términos sociopolíticos, contribuyen al desarrollo de una democracia más participativa

Los jóvenes por naturaleza solemos ser rebeldes, inquietos y críticos; características que, en teoría y en términos sociopolíticos, contribuyen al desarrollo de una democracia más participativa, exigente y dinámica. Sin embargo, la realidad dista mucho de esos escenarios, puesto que la apatía y el desinterés por los asuntos públicos abunda entre este grupo poblacional, donde parece ser que prevalece más la cultura del individualismo.

La mayoría de los jóvenes y no tan jóvenes pertenecemos a las generaciones llamadas ¨millenials” y “zillenials”, estas generaciones se distinguen por un mayor uso de las redes sociales como instrumento de comunicación, creando una falsa ilusión de interacción social, que se traduce en una poca participación social, política y económica; más allá de lo que en las propias redes sociales se pretenda aparentar.

Hay mucho trabajo por hacer en materia de la juventud por parte de nuestros representantes juveniles en el país y particularmente de nuestro estado, para que esto no contribuya al desinterés, la desilusión y la decepción de este sector tan importante que representa al 25% de la población total del país, según datos del INEGI.

La apatía y el desinterés de los jóvenes hacia los temas políticos representa una amenaza para la democracia y para las instituciones puesto que nos acercan a decisiones autoritarias de parte de nuestros representantes populares y nos alejan de la construcción de políticas públicas con base a las necesidades e intereses de este sector. Estos temas deberían de ocupar un lugar primordial en la agenda pública de los actores políticos, con hechos reales fuera de toda simulación.

La nueva política juvenil debe estar alejada de los intereses particulares y debe acercarse a las causas sociales, la nueva política juvenil debe estar alejada del servilismo y debe acercarse a la toma de decisiones. Quiero creer en que muchos jóvenes estamos intentado hacer esa nueva política, la cual también se aleje de los acuerdos en lo “obscurito” y de los tradicionales “dedazos” para beneficio de unos cuántos o cúpulas, y que, en contraparte, esté más cercana a una democracia más participativa y de consensos, donde los verdaderos liderazgos juveniles se interpongan por sus cualidades y virtudes.

Yo viví en carne propia lo que es estar en dos instituciones políticas, de cómo se hace la política dentro de ellas y la realidad es que son dos mundos completamente diferentes, cada una a su manera, con sus respectivos procesos, lo que puedo destacar de estas experiencias es que en mi camino conocí a jóvenes muy talentosos, con muchas ganas de salir adelante y de contribuir a este sector con sus diferentes propuestas, pero que lamentablemente sus aspiraciones quedaron en el camino por las acciones que generación tras generación han lastimado la democracia interna de los partidos y me refiero justamente a la imposición y a la simulación.

El reto para las juventudes de nuestro estado (independientemente de los colores) en cuestiones políticas emerge en crear verdaderos liderazgos, en fomentar la tolerancia hacia otras maneras de percibir el ejercicio político y el de ser críticos ante los contextos políticos, sociales y económicos que enfrentamos día con día, no debemos permitir que el desinterés y la apatía sean las características que distingan a nuestras generaciones.

“Una sociedad que aísla a sus jóvenes, corta sus amarras: está condenada a desangrarse”.

KofI Annan




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