Lo “correcto” y Punto Final

Pablo Torres Corpus.
Pablo Torres Corpus.

La semana pasada el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) organizó un foro sobre discriminación con figuras públicas que no son ni activistas, ni teóricos, ni especialistas en el tema, pero sí influyentes líderes de opinión. La invitación a Chumel Torres generó enorme polémica, la cual llegó hasta la amenaza de desaparecer el Conapred. … Leer más

La semana pasada el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) organizó un foro sobre discriminación con figuras públicas que no son ni activistas, ni teóricos, ni especialistas en el tema, pero sí influyentes líderes de opinión.

La invitación a Chumel Torres generó enorme polémica, la cual llegó hasta la amenaza de desaparecer el Conapred.

Más allá de las ocurrencias institucionales, se abrió un extenso debate sobre la comedia; los apóstoles de la corrección política han insistido una y otra vez que se debe hacer otro tipo de comedía, que no discrimine, que no ofenda ni se base en arquetipos ni convencionalismos. Los buenitos exigen comedia sana sin víctima.

A partir de su exigencia revisé programas de comedia nacionales y extranjeros, formas y elementos de la comedia y la sátira, no encontré uno solo que encaje en sus más elementales estándares de corrección política.

Consulté con promotores de la corrección política qué tipo de comedia sería sana y nadie pudo mencionar alguna que al analizarla pasara la prueba de la corrección.

Dijeron que Capulina, pero bajo la lupa de la corrección no pasó la prueba, ya que su humor se basaba en la torpeza física y mental de los obesos; hacía constantes burlas de la complexión de las personas, hizo severas ironías y ataques físicos y verbales hacía niños. También sobajaba a las mujeres.

Otra propuesta de “sanidad” fue Cantinflas, pero tampoco aprobó, hacía burla de los rasgos de las clases populares y apología de la ignorancia.

Enlistaron a Mr. Bean, pero tampoco era correcto, su comedia se basa en la torpeza física y vanagloriaba las trampas sociales, además según los correctos, su arquetipo era ofensivo para personas con autismo.

Tampoco Chaplín hizo comedia correcta, también hacía apología de la torpeza y hacía evidente su baja autoestima al burlarse de sí mismo.

Y así, la lista acumula decenas de ejemplos de comedia y situaciones de muchos países, momentos y técnicas, pero ninguna se salva de la corrección, de algo que no ofenda o incomode a los correctos.

De hecho, no hay comedia ni sátira correcta; los griegos que sentaron las bases de comedia y sátira la fundaron en la ridiculización, exageración, errores, defectos físicos y sociales.

Punto Final

Para ser correctos será más fácil prohibir la comedia y de paso las sonrisas.

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