Ordenar emociones y pensamientos

Gerardo Luna Tumoine.
Gerardo Luna Tumoine.

Lo primero que tenemos que hacer es ayudar a la gente a entender que si bien todos queremos vivir una vida feliz, la verdadera fuente de felicidad está dentro de nosotros mismos

Como seres humanos somos mental, emocional y físicamente, todos iguales. Tenemos el mismo tipo de cerebro y la misma capacidad de inteligencia. Es más, todos queremos vivir una vida feliz y evitar el sufrimiento.

Hoy en día, los científicos nos dicen que la naturaleza humana básica es compasiva. Somos animales sociales y dependemos de la comunidad en la que vivimos. Antes de ir a la escuela, los niños son abiertos y amistosos entre sí. No les importa a qué religión o nacionalidad pertenecen sus compañeros. Sin embargo, una vez que comienzan la escuela, aprenden a prestar más atención a las diferencias secundarias, como la religión, el color, el origen económico y clase social.

Para contrarrestar este tipo de discriminación, que se basa en el egoísmo del “‘nosotros’ y ‘ellos’”, necesitamos cultivar un sentido de unidad para todos los seres humanos.

Lo primero que tenemos que hacer es ayudar a la gente a entender que si bien todos queremos vivir una vida feliz, la verdadera fuente de felicidad está dentro de nosotros mismos.

En un segundo momento es fomentar la armonía y respeto entre todos los seres humanos, ya que tenemos diferentes tradiciones religiosas con diferentes necesidades y disposiciones mentales, aunque todas las tradiciones religiosas transmiten un mensaje común de amor y compasión.

Y un tercer compromiso tiene que ver con la inteligencia y mente humana, donde se enfatiza el uso de la lógica y el razonamiento. Es esta la base que permite al ser humano convivir con los demás con respeto, una comprensión profunda del funcionamiento de la mente y las emociones. Creo que este conocimiento puede combinarse con la educación moderna para nuestro beneficio y sentido común.

En cuanto a si es mejor enseñar a los niños sobre la religión o los valores humanos básicos, sugiero que la práctica religiosa es una cuestión de elección personal, pero la simple calidez de corazón beneficia a todos.

El sistema educativo moderno presta poca atención al entrenamiento de la mente. En consecuencia, las personas no tienen idea de cómo abordar sus emociones destructivas ni de cómo lograr una tranquilidad básica.

Si ponemos en práctica estas recomendaciones, hay garantía de que realmente podemos transformar nuestras mentes y emociones, lo cual lleva tiempo, pero se puede hacer si mantenemos el esfuerzo.




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