Mi delito… ser joven para manejar

Historias de Lobos.
Historias de Lobos.

Hoy en día cada vez es más frecuente que los jóvenes conduzcan vehículos de motor a edades muy tempranas. En muchas de las ocasiones la imprudencia y falta de pericia los lleva a ser partícipes de accidentes muy graves, en donde ellos mismos o terceros resultan con graves daños en su integridad o inclusive el … Leer más

Hoy en día cada vez es más frecuente que los jóvenes conduzcan vehículos de motor a edades muy tempranas.

En muchas de las ocasiones la imprudencia y falta de pericia los lleva a ser partícipes de accidentes muy graves, en donde ellos mismos o terceros resultan con graves daños en su integridad o inclusive el resultado es la pérdida de la vida.

En esta historia un hombre pierde la movilidad de ambas piernas. Un accidente de tránsito lo postró en una silla de ruedas. Ni el pago de los gastos médicos le regresará su vida normal. La justicia solo queda en eso.

La víctima

Fue para Semana Santa; había estado trabajando en Río Grande en una casa poniendo la instalación del agua potable.

Como a las 5:00 o 6:00 de la tarde, sin poder precisar ya que no recuerdo, me retiré a mi casa. Siempre me he trasladado en bicicleta, pero me empezó a ir bien y pude comprarme una motocicleta barata.

Ese día terminé de trabajar y me fui en mi moto a mi casa por la carretera federal 49, pasando el boulevard y los semáforos, ya que iba rumbo a la comunidad de La Luz.

Todo iba normal y estaba tranquilo, cuando llegué al crucero del malecón, yo circulaba por mi carril y precisamente al llegar a la intersección en el malecón pude ver que en sentido contrario venía un carro del cual únicamente recuerdo que era de la marca Ford.

Sin más ni más el conductor intempestivamente giró hacia la entrada al malecón, o sea, se me atravesó; debido a lo cerca que ya se encontraba de mí y a la velocidad que traía él y la que traía yo, traté como pude no chocar con ese carro.

Giré hacia la derecha, pero no logré evitar impactarme con dicho vehículo debido a la imprudencia del conductor del carro.

Solo sentí un golpe muy fuerte, mucho miedo y después del impacto no recuerdo nada hasta que desperté en el hospital.

Cuando desperté no sabía que había pasado, pero solo sé que me golpeé demasiado fuerte y que me lesioné la columna vertebral, debido a eso quedé imposibilitado para caminar.

Yo pedía que se castigara al responsable, que lo metieran a la cárcel pero resultó que era un muchacho el que manejaba y que por eso no lo pueden meter a la cárcel.

Sólo se le puede condenar al pago de la reparación del daño, pero como yo digo ¿Quién le va a poner precio a que ya no voy a caminar y a todo lo que eso significa en mi vida?

Duré más de 3 meses con el collarín y me tuvieron que operar de la columna vertebral, me dijeron que habían puesto una placa porque se me partió la columna en dos y de ahí me va a quedar que ya no pueda caminar.

También una rodilla se me hizo pedazos, y aunque quedara bien ya para que me sirve. Luego él y su hermana fueron a echar muchas mentiras y casi querían que yo les pagara el carro.

Ellos tuvieron la culpa porque ese chavo no sabía manejar bien y se aventó en la carretera porque su hermana le venía diciendo. Yo ya no me pude hacer para ningún lado porque ya los tenía casi enfrente.

Nunca va a estar en la cárcel y le dijeron que me tenían que pagar todo lo que se gastó en el hospital que fueron más de 200 mil pesos, pero a mi quien me va a regresar mis piernas.

¿Quién me va a ayudar a trabajar o quién me va a andar llevando y trayendo?, nadie. Ese muchacho me desgració la vida y apenas tengo 38 años.

El responsable

Mi hermano y yo veníamos a esta ciudad a bordo de un carro que es de mi otra hermana. Venía manejando mi hermano que tiene 16 años porque yo no sé manejar.

Íbamos a entrar como para el malecón y al ir circulando por la carretera federal 49, para tomar hacia el malecón, casi llegando me doy cuenta de que era sentido contrario y venía una persona en una motocicleta.

Ese señor hizo una maniobra para entrar al malecón y nosotros si teníamos que atravesar la carretera, pero el señor tenía la entrada directa; mi hermano al ver esto lo que hace es poner su direccional y también hace la maniobra para entrar al malecón.

No sabemos qué pasó, pero sorpresivamente el conductor de la moto hace una maniobra para regresar. Al ver esto mi hermano detiene el carro, ya que vemos que el de la moto prácticamente se nos echa encima.

Mi hermano ya no pudo hacer nada para evitar que el de la moto se impactara con nosotros.

Cuando sentimos el trancazo lo que hacemos es bajarnos para darle auxilio y preguntar que le había pasado. El señor nos dijo que estaba bien. Yo lo que me di cuenta es que el señor tenía aliento alcohólico.

Luego llegó la preventiva y los de la ambulancia para trasladar a esta persona a recibir atención médica.

Los de tránsito nos hicieron unas preguntas y que como mi hermano no tuvo ninguna responsabilidad en el accidente no lo detuvieron. Únicamente se llevaron el carro al corralón.

De ahí luego supimos que el señor era diabético y que le había hecho daño tomar y por eso ya no sentía los pies.

Adolescentes que manejan

  • La mayor proporción de lesiones en adolescentes se deben a accidentes automovilísticos.
  • Los adolescentes utilizan con mucha menos frecuencia el cinturón de seguridad que cualquier otro grupo.
  • Cuando los adolescentes conducen luego de haber bebido alcohol, tienen más probabilidades que los adultos de verse involucrados en un accidente, incluso si beben menos cantidad que los adultos.
  • Los adolescentes, además, provocan una cantidad desproporcionada de muertes entre conductores, pasajeros y peatones no adolescentes.
  • El alcohol está involucrado en casi el 35% de todas las muertes de conductores adolescentes (15 a 20 años de edad).
  • El 55% de todas las muertes de adolescentes en accidentes automovilísticos ocurren los viernes, sábados y domingos. El 35% ocurre entre las 9:00 de la noche y las 3:00 de la madrugada.

Mayor riesgo en adolescentes

Existen dos razones principales por las cuales los conductores adolescentes corren mayor riesgo de verse involucrados en accidentes automovilísticos que causan lesiones e incluso la muerte, y son las siguientes:

  • Falta de experiencia al volante.

La falta de experiencia significa que el conductor adolescente tiene menos capacidad para detectar y responder a los peligros del tránsito, tiene menos control del vehículo y es menos capaz de calcular la velocidad.

  • Conducta riesgosa de los adolescentes.

Influenciados por sus emociones, el estrés y la presión de sus pares, los adolescentes tienden a correr más riesgos. Además, el consumo de alcohol y de drogas recreativas pueden perjudicar la capacidad de manejo del adolescente. Los conductores adolescentes también tienden no usar el cinturón de seguridad, lo que incrementa el riesgo de lesiones en una colisión.




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