Mi delito… confiar en ella

Historias de Lobos.
Historias de Lobos.

Las relaciones de pareja tienen infinidad de altibajos. La comunicación y la confianza son primordiales para poder llevar relaciones duraderas; sin embargo, cuando los intereses difieren en la pareja, se puede caer en actos de infidelidad que pueden terminar de manera muy trágica. En esta historia, un hombre trabajó arduamente en todos los sentidos para … Leer más

Las relaciones de pareja tienen infinidad de altibajos. La comunicación y la confianza son primordiales para poder llevar relaciones duraderas; sin embargo, cuando los intereses difieren en la pareja, se puede caer en actos de infidelidad que pueden terminar de manera muy trágica.

En esta historia, un hombre trabajó arduamente en todos los sentidos para formar una familia con la mujer de “su vida”, sin sospechar que su pareja no le era honesta. Lamentablemente este hombre perdió su libertad, enfrentando un proceso por un delito grave..

¿Quién es este hombre?

El mayor de cinco hermanos, su padre de 62 años de edad, es trabajador de la construcción, su mamá de 57 ama de casa, ambos al igual que sus hermanos radican y laboran en Estados Unidos.

“Mi familia es lo mejor que tengo, todos nos apoyamos, nos queremos y no tenemos problemas. Mi madrecita estaba muy ilusionada con mi casamiento, pero esto solo trajo desgracias a mi familia. Mi mamá se enfermó de la diabetes de verme aquí. Ellos pagan el abogado, saben que yo no hice lo que me acusan.

No había estado casado, tuve mis amoríos con una mujer que era casada. Nos dejamos porque ella prefirió a su marido y ahí quedó todo, no hubo broncas de nada, pero yo si me estaba clavando con esa morra”.

Su vida cambió

“La conocí y supe que marcaría mi vida, fue en el 2008, en un antro en Zacatecas. Inmediatamente hubo química y comenzamos una relación de amistad, poco a poco nos hicimos más y más unidos hasta que simplemente ya no se pudo más y nos consolidamos como pareja.

Desde que iniciamos nuestra relación existió intimidad sexual y se me hizo raro porque me recordó a la morra casada. Como que ya sabía bien como estaba todo ese ambiente.

No me molestó mucho porque me gustaba, bueno me sigue gustando la morra. En eso estábamos iniciando nuestra relación cuando el padre de esta morra me dijo que el día que quisiera me podía quedar a dormir.

Se me hizo raro, pero me sentí muy bien.

Me empecé a quedar ahí en el domicilio de la morra, aunque en una habitación distinta y adecuada que me pusieron para ese fin.
Los fines de semana nos íbamos a Jerez, a mi casa, con mis padres”.

Padre adoptivo

“Ella ya tenía una hija de su primer matrimonio y yo así la acepté, era como si fuera mía, tenía 3 años aproximadamente. A esa niña la llegue a querer como mi propia hija, me decía papá lelo.

Sólo me enojaba con ella porque no se ponía el cinturón de seguridad y es que yo no quería que les pasara nada malo, pero esta morra no le decía nada, ella también es como una niña.

Antes siempre le decía a su mamá que se llevara a la niña a la tienda y ella mientras se salía con sus amigas, la descuidada mucho. Nunca dejaba que fumara delante de la niña porque la niña tiene su aire limpio y ella echándole el humo en la carita”.

Lindos detalles

“Esta morra tenía detalles chidos conmigo, por eso me enamoré de ella. No puedo creer que esté pasando esto, era mi prometida y ya estaba todo listo para la boda el 5 de septiembre.

Yo quería una familia con ella, aunque ya como la fui conociendo me di cuenta de cómo era realmente porque de todo se enojaba. Se iba sola y me dejaba en donde estuviéramos y ahí ando yo atrás de ella, pensaba si, sí sería una buena madre porque yo a veces miraba como que no le hacía caso a su hija y eso me preocupaba. Yo quería hacer vida con ella, me las quería llevar al otro lado”.

Todo se acabó

“Ese día yo no sé por qué no la llevé a su casa y nada de esto estaría pasando. Ya habíamos terminado unos días antes.

La había notado extraña, como sospechosa, hablaba de teléfonos públicos y ese día pasé por ella porque íbamos a ir a casa de unos amigos a La Zacatecana.

Llegamos y nos tomamos una cerveza, para esto la niña venía dormida, la acostó en una de las recamaras, tomamos más cervezas, nos pusimos a bailar.

Tomamos otra cerveza, tuvimos relaciones sexuales y seguimos tomando. Cuando llegamos serían como las 5:30 de la tarde y ya para las 7:00 despertó a la niña y nos fuimos a cenar a un local que está cerca de la casa.

Yo ya la iba a ir a dejar a su casa, íbamos por la vialidad y ella recibió un mensaje de un doctorcito y ahí empezó todo.

El mensaje decía que urgencias está lleno, no se va a poder y yo le pregunté que, qué tenía que ver con ese cabrón y ella me dijo bien cínica que quería platicar con él, que ya habían salido a dar una vuelta, que no era cierto que se había ido con su amiga a tomar una café.

Yo le solté una cachetada, le pregunté qué porqué lo hizo y me dijo que nada más habían platicado, que compraron un six y fueron a dar una vuelta en carro.

No le creí, seguramente más de tres horas platicando no más. Me dijo que se le hizo atractivo y que le gusto su físico… seguimos discutiendo.

Le hablé al doctor, quien además es casado, le hablé al cabrón y me dijo que nada más se estaban coqueteando que no sabía que ella tenía compromiso.

Yo seguía discutiendo con ella, me decía que lo perdonara… Si me pasé, me porté como un machista como un ranchero. Si la golpeé, le di sus cachetadas, ella también me golpeó.

La niña no vio nada porque estaba dormida, ese día si tuvimos relaciones sexuales, pero fue porque los dos quisimos yo no la violé, si le pegué y me arrepiento de eso.

Ella me decía que la perdonara, que ya no le hablara de él, siempre con ella nada más con ella. Yo si la quiero, pero ya no podemos tener una relación así, con cual confianza, ya no hay respeto, reconozco que me porte bien mal, yo quería una familia y ahora 10 años en la cárcel por quererla”.

Relaciones codependientes

Según la literatura especializada sobresalen en las personas codependientes:

  1. La presencia de disturbios emocionales expresados en fragilidad yoica, dependencia emocional y sentimientos de ansiedad, enojo y tristeza.
  2. Daño narcisístico reflejado en baja autoestima, sentimiento persistente de vacío, temor al abandono y fuerte necesidad de reconocimiento externo.
  3. Poseen también dificultades en las relaciones interpersonales por la dificultad en marcar límites, la aceptación de conductas destructivas y de maltrato físico y/o psicológico y por ser aferrados(as), celosos(as) y controladores(as). la codependencia lleva a las personas a mentir y violentar a sus parejas.



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