Más inclusión menos simulación

Las profundas desigualdades de nuestro país, en nuestro estado y en su ciudad capital se pueden analizar desde muchos enfoques, pero teniendo en cuenta que en días recientes conmemoramos el día de las personas con discapacidad, lo haré con ese enfoque. Tristemente parecen no tan lejanos los días en que las familias con un miembro … Leer más

Las profundas desigualdades de nuestro país, en nuestro estado y en su ciudad capital se pueden analizar desde muchos enfoques, pero teniendo en cuenta que en días recientes conmemoramos el día de las personas con discapacidad, lo haré con ese enfoque.

Tristemente parecen no tan lejanos los días en que las familias con un miembro discapacitado eran vistas como alguien que cargaba un mal, con una persona que siempre sería un menor y necesitaría de apoyo a lo largo de su vida.

Ciertamente ha habido avances significativos, pero creo que estamos lejos de ser una sociedad justa e incluyente. Además, tomando en cuenta la orografía de Zacatecas, los problemas se multiplican.

Los accesos para sillas de rueda siguen siendo considerados estacionamientos por la gran mayoría de los automovilistas. No todas las rampas cumplen con las medidas reglamentarias, son como dirían en mi pueblo ‘para discapacitar gente’.

Durante un par de meses, por motivos de un esguince, usé una férula, gracias a ello me percaté de lo poco amables, de lo poco empáticos y de lo mucho que desconocemos sobre las personas con discapacidad.

En este caso las personas en sillas de ruedas o personas adultas con problemas de movilidad, son el colectivo probablemente más visible, pero no es el único.

Los débiles visuales y los ciegos son otro grupo vulnerable, para los cuales no hay ninguna señalización en las banquetas y muy pocos semáforos tienen sonido, ¿cuántos letreros en braille hay en la ciudad?, ¿cuántos libros en braille hemos visto en nuestra vida?

Alguna vez ¿les hemos cedido el paso a alguno de ellos entre una multitud de personas caminando? Hasta aquí nos hemos quedado principalmente con la discapacidad física y sensorial, pero no son las únicas, junto a ellas podemos señalar a la cognitiva y a la intelectual.

Hace un año y medio conocí a una persona con una variable del autismo, sabía hablar árabe, español y francés, había acudido a la universidad y tenía un título en Historia con especialidad en el Medio Oriente.

Este joven de mi edad (32 años) es hijo de los profesores de secundaria de los suburbios de Chicago, ambos estadounidenses. Cuando le conocí y me contaron de todo lo que sufrieron para que él pudiera estudiar, sólo pensé que en México no haya llegado ni a terminar la secundaria.

En el caso de las discapacidades intelectuales, afectan la capacidad de relacionarnos de acuerdo a nuestra edad, a la incapacidad de relacionarse con otros.

Al grueso de la población nos hace falta una educación significativa respecto de las personas discapacitadas. Nos urge practicar la empatía, que significa ponerte en los zapatos del otro. Nos hace falta practicar la tolerancia.

*Profesor de la UAZ




Más noticias


Contenido Patrocinado