Con… Ciencia. Tormenta Solar

Nuestro planeta Tierra es una víctima permanente de los efectos ocasionados por una tormenta solar; hace tiempo los efectos llegaron a ser mucho más severos. Por ejemplo, es el caso del Evento Carrington una poderosa tormenta solar que ocurrió en 1859 y que fue nombrada de esa manera en honor al astrónomo británico Richard Carrington, científico que en esa época observó y registró las manchas solares que dieron lugar a la tormenta geomagnética más intensa jamás registrada en la Tierra.

Una tormenta solar, también se conoce como tormenta geomagnética, es un fenómeno que sucede cuando el Sol lanza una gran cantidad de partículas cargadas y radiación electromagnética las cuales logran una interacción con la atmósfera superior de la tierra y con el campo magnético terrestre.

El pasado mes de mayo, el mundo de la ciencia astronómica mantuvo los ojos puestos sobre el Sol. Nunca como ahora nuestra estrella favorita, esa que permite la vida en nuestro planeta hogar la Tierra, manifestó una potente actividad en forma de tormenta solar que el pasado mes de mayo provocó temperaturas muy elevadas fuera del promedio y maravillosos espectáculos en forma de auroras en latitudes inusualmente bajas.

Las auroras ocurren debido a los iones del sol que se trasladan en el viento solar, al llegar a la tierra interactúan con su campo magnético y quedan atrapados en la ionosfera: El choque de los iones solares con la ionosfera terrestre que contiene partículas de oxígeno y nitrógeno libera energía y esto es lo que ocasiona el fenómeno luminiscente mismo que puede dar lugar a distintas coloraciones moradas, verdes, naranjas, rojas y rosas.

Más allá del espectáculo celestial de las auroras que se pudieron observar en España. México y Australia; esta tormenta representó un grave problema para las redes eléctricas, los satélites y los sistemas de navegación en tierra, aire y mar; además de que pudo haber afectado los sistemas de navegación de los animales. Por el momento todo parece indicar que además de las altas temperaturas; lo demás no ocurrió.

Aunque esta ocasión no haya ocurrido, no estamos libres de que un fenómeno de este tipo vuelva a ocurrir. Los científicos advierten que en caso de que se desarrolle una tormenta solar de mayor magnitud, nuestro mundo tal y como ahora lo conocemos, sufrirá un impacto irreversible.

Lo que la tormenta solar de mayo permitió observar a los científicos fue un conocimiento más a detalle de nuestro sol. El Observatorio de Dinámica Solar de la NASA, nos permitió observar en tiempo real las llamaradas solares. El Observatorio Solar y Heliosférico administrado por Estados Unidos y la Unión Europea, captó un impresionante video en el que se puede observar al Sol arrojando nubes de partículas y luego una gran explosión. Observatorios submarinos de Canadá registraron una distorsión temporal del campo magnético terrestre.

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