Los creativos

Admiro a la gente creativa. Y mucho. La verdad es que en el fondo les envidio –con envidia de la buena, como luego dicen- esa cualidad o don con el que cuentan para que su mente sea capaz de producir de la nada cosas tan ingeniosas.

Curiosamente, hay más creativos de los que imaginamos. Las redes sociales son, por ejemplo, una pasarela de creativos. Todos los memes que compartimos, unos porque nos hacen reír, otros porque nos ponen a reflexionar, fueron, en algún momento, una chispa de ocurrencia en la mente de alguien quien, además, tuvo el detalle de usar esta o aquella aplicación para darles un formato atractivo que ayudó a volverlos virales.

Están los creativos del marketing o de la publicidad. Conozco a algunos cuantos -unos más exitosos que otros- pero todos son verdaderos artistas de los negocios. Es bien interesante estar en una reunión de trabajo con ellos cuando empiezan a darle vueltas a una idea y, en cuestión de minutos, son capaces de darle forma a toda una estrategia de comunicación de los atributos y beneficios de un producto o servicio ligándolos a aspectos emocionales de las personas para despertar en ellas el deseo de obtenerlos. Lo que más llama la atención es ver cómo se apasionan con las ideas que, como por arte de magia, llegan a sus mentes.

Están, por supuesto, los creativos de las artes: pintores, músicos, escultores, poetas y demás, que son como la élite de la creatividad, y quienes a través de las ya clásicas –y también de novedosas- formas de expression de las distintas disciplinas logran transmitirnos los atractivos resultados de su ingenio como si fueran auténticos desprendimientos de sus propias almas en piezas musicales, gráficas o literarias que vienen como a sacarnos de nuestra realidad para conducirnos a universos muy distintos.

La creatividad, la auténtica creatividad, no puede hacer uso de elementos destructivos porque se desvirtúa. Dejaría de provenir del alma de un ser humano.

La creatividad, como su nombre lo indica, es como la aportación del hombre a la creación de Dios y los creativos, una especie de mensajeros de las cosas del espíritu.

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