La guerra en casa

Ricardo González.
Ricardo González.

Cuando rajés los tamangos/ Buscando este mango/ Que te haga morfar/ La indiferencia del mundo/ Que es sordo y es mudo/ Recién sentirás. Canta Carlos Gardel desde un desvencijado tocadiscos. Hace algún tiempo escribí sobre los peligros de normalizar e interiorizar la violencia en nuestro país, pensamos ingenuamente que no podríamos estar peor que en … Leer más

Cuando rajés los tamangos/ Buscando este mango/ Que te haga morfar/ La indiferencia del mundo/ Que es sordo y es mudo/ Recién sentirás. Canta Carlos Gardel desde un desvencijado tocadiscos.

Hace algún tiempo escribí sobre los peligros de normalizar e interiorizar la violencia en nuestro país, pensamos ingenuamente que no podríamos estar peor que en aquella época donde los zetas desolaron nuestro estado.

Ahora no sufrimos, porque los grupos delictivos tienen la buena fortuna de contar con un brazo de comunicación y cada que aparecen cuerpos aparece un desplegado informativo con las siglas de su cartel o del jefe superior, ¡vaya que tranquilidad!

No vienen a dañar a la población, a secuestrar ni a cobrar plaza, ellos se dedican a lo suyo sin molestarnos, ¡ah bueno!

Un sentido recordatorio para mis lectores, una acción colectiva aunque la realice la mayoría de la población no significa que sea correcta, como muestra la corrupción.

La narcocultura en nuestro país se ha metido profundamente, con aquellos narcos que hacían grandes bailes de feria y ayudaban a la gente pobre a salir adelante; no sólo normalizamos sus actos sino que los romantizamos.

En un Estado moderno las sustancias que hacen que ellos tengan enormes cantidades de dinero deberían estar pagando impuestos; para con ello subvencionar lugares especializados en salud y educación.

La mariguana está en un limbo legal, ya no es ilegal  pero no hay una ley que regule la producción, distribución, venta y consumo de dicha planta. Mientras en que en los Estados Unidos ya es legal en al menos quince estados.

Las imágenes de los desplazados de las comunidades de Jerez son igual de crueles que las que nos llegan de la invasión de Rusia a Ucrania.

La violencia en nuestro Zacatecas es multicausal o sea tiene muchas causas que la originan cómo las económicas y sociales, las cuales nos permiten notar las profundas diferencias en dichos aspectos, así como las culturales y las fallas que tiene toda la estructura del Estado en cuanto a legislación, políticas públicas e implementación de las dos anteriores en la realidad.

Así como las causas que originan la violencia, los remedios, las curas y hasta los embrujos para poder ir sanando deberán de ser muchas, tantos remedios como las causas lo necesiten.

El gran problema es que no hay un gobierno federal interesado en aplicar una política pública: clara, medible y tangible, usando la ciencia pues.

Menos veremos un Gobierno del Estado preocupado en eso, los culpables son todos del pasado. Concuerdo en que son herencias, pero ya la heredaste; hasta saliste a pedir el voto para recibir esa herencia.

De los municipios ni hablar, ojalá tengan para la nómina.




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