La concupiscencia del Covid-19

Gerardo Luna Tumoine.
Gerardo Luna Tumoine.

El aislamiento, confinamiento, cuarentena o cómo le queramos llamar ha llevado a la práctica los siete pecados capitales, los cuales son parte de este confinamiento, la soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula, la pereza. Los vicios pueden ser catalogados según las virtudes a que se oponen. Hay tres pecados del … Leer más

El aislamiento, confinamiento, cuarentena o cómo le queramos llamar ha llevado a la práctica los siete pecados capitales, los cuales son parte de este confinamiento, la soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula, la pereza. Los vicios pueden ser catalogados según las virtudes a que se oponen.

Hay tres pecados del deseo de posesión: gula, avaricia y lujuria.

La gula es el consumo desmedido de alimentos y bebidas. Es el vicio por comer de manera irracional, de forma voraz, lo que conduce a pagar graves consecuencias físicas y sociales. Igual ocurre con las bebidas, cuyo exceso hace que la persona se embriague y agreda a sus seres queridos, en especial a las mujeres que son más vulnerables.

La avaricia o codicia es el exceso que se manifiesta en el deseo de poseer bienes materiales y riquezas de forma irreflexiva. Los avaros quieren tener grandes cantidades de objetos o de dinero que sobrevaloran. No les importan los medios por los cuales puedan obtenerlos.

La lujuria es el consentimiento de pensamientos que se consideran impuros por su excesiva compulsión sexual. Es la búsqueda desordenada por satisfacer de placer sin límites, la cual puede generar y degenerar en actitudes y procesos deshumanizantes.

Y cuatro pecados que se les puede llamar de carencia: La pereza, la ira, la envidia y la soberbia.

La pereza es la incapacidad de hacerse cargo de la propia existencia de la persona y de las obligaciones. A través de la pereza las personas se olvidan del cuidado propio y descuidan la responsabilidad social, que genera tristeza, desgano y aislamiento.

La ira a es un sentimiento descontrolado y desmedido de rabia o enojo, que impulsa a cometer actos de violencia física contra otros o contra sí mismo. La ira se relaciona con la impotencia ante la realidad y la impaciencia, despierta actitudes como la discriminación y el ajusticiamiento al margen de la ley.

La envidia corresponde al sentimiento de pensar ante el bien o el éxito de terceras personas. En ese sentido, la envidia no es simplemente el deseo de tener lo que el otro posee, sino el deseo de que el otro no tenga bien alguno.

La soberbia es la apreciación descontrolada de nuestro propio valor, atractivo e importancia ante los demás. Las personas soberbias se caracterizan por considerarse superiores a quienes les rodean.

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

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