La última de la saga

Hace algunas semanas escribí sobre don Arturo, hoy les cuento la última parte de la historia.

Don Arturo trabajó conmigo en la Secretaría del Bienestar y él conoció de primera mano la indiferencia y frialdad de Carlos Zúñiga, uno de los nuevos políticos zacatecanos, aquellos de lo que hasta antes de 2018 no ostentaban cargo ni título.

Hasta antes de diciembre de 2018, probablemente te saludaba cuando lo encontrabas en la calle, pero hoy si quieres verlo, tienes que agendar cita con la secretaria de la secretaria.

Dentro de la nueva oleada de políticos llegó de todo; mujeres y hombres comprometidos, como también se colaron aquellos que solo ansiaban un huesito.

Don Arturo es un señor grande, humilde y padre de familia que fue invitado a trabajar en la secretaría, como muchos otros que estuvieron al pie del cañón en la campaña presidencial.

Carlos Zúñiga decidió contratar a personas con compromisos políticos, para lo cual tuvo que dar de baja a varios trabajadores, entre ellos a don Arturo, lo cual no sería motivo de sorpresa, pues son los movimientos naturales dentro de la Secretaría del Bienestar.

Sin embargo, esta vez fue diferente, pues a don Arturo nadie le avisó de su baja hasta que el pasado mes de enero se acercó a recursos humanos para preguntar por qué él era el único en la oficina que no había recibido el pago de su nómina. Fue entonces le dieron que había sido despedido hace un mes y que ya no recibiría su pago.

Don Arturo, como todos los padres de familia, tiene gastos mensuales que cubrir. Fue un momento muy triste al ver su angustia ¿Acaso nadie tuvo 15 minutos para avisarle? ¿O es que a nadie le importó?

Con el fin de salir adelante tuvo que endeudarse con un préstamo inmediato. Se pasó una semana recorriendo salas de espera y escritorios en busca de una respuesta.

Carlos Zúñiga, subdelegado regional; Sergio Padilla jefe de Recursos Humanos; y Miguel Guerrero, encargado del Programa de Pensiones para Adultos Mayores, todos se pasaron la bolita.

Inclusive Carlos le dijo que él no estaba enterado de la situación… Después confirmamos que efectivamente, Carlos dio la orden. También le dijo que haría todo lo posible para tramitar su pago y que si no se podía recuperar, él le iba a poner de su propio dinero de su jugosa quincena de 40 mil pesos.

Hoy don Arturo está trabajando como guardia de seguridad. Nunca le llegó el pago del mes que trabajo y Carlos Zúñiga ya no le contesta.

*[email protected]